Urna electrónica electoral: mitos y realidades

El uso de las tecnologías de la información constituye una de las herramientas de las que se han servido las autoridades electorales para incentivar y mejorar su ejercicio de cara a la nueva normalidad.

El nivel de confianza ciudadana depositado en el uso de la urna electrónica es alto.
Nexos
Ciudad de México /

Por: Juan Carlos Chávez

Ilustración: Patricio Betteo, cortesía de Nexos

El procedimiento a seguir para ejercer el voto mediante el uso de urnas electrónicas es sencillo, pues sigue prácticamente los mismos pasos de la votación tradicional: la persona electora acude en persona a la casilla que le corresponda, mostrando su credencial para votar. Una vez verificado que se encuentra en la Lista Nominal de Electores, procede a ejercer su voto mediante el tocado de pantalla en la boleta electrónica ubicada en la urna, eligiendo la candidatura o partido de su preferencia, teniendo la posibilidad de votar en blanco o por alguna candidatura no registrada. A diferencia del sistema de votación tradicional, el uso de la urna electrónica permite verificar en la pantalla la opción política elegida y, en su caso, modificarla. Una vez ejercido el voto, la urna electrónica imprime un testigo de voto (comprobante en papel) que se depositará automáticamente en la urna transparente integrada al dispositivo o, en su caso, para que éste sea depositado por la persona electora en una urna tradicional independiente del dispositivo electrónico.

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