Por: Jesús Silva-Herzog Márquez
Ilustración: José María Martínez, cortesía de Nexos
El ensayo es un vaivén de perplejidades y conjeturas, de vacilaciones y tentativas. Hay, como en todo texto de Guillermoprieto, buenos retratos, historias bien contadas, apuntes llenos de inteligencia e ironía. Su mayor valor reside en el reconocimiento de su insuficiencia. De ignorancia inteligente y de vacilación está hecho todo ensayo auténtico. Sus preguntas fluyen a lo largo de los párrafos: “¿Será que se puede ser feminista sin ser activista? ¿Y será que se puede ser activista, y feminista, sin ser activista del feminismo? Es decir, ¿el feminismo es una forma de ver el mundo, una práctica cotidiana o una militancia? ¿O puede ser cualquiera de las tres cosas? ¿Y una mujer que comparte algunos, pero no todos los ideales y las ideas de un grupo militante es traidora? ¿O es válida la tolerancia?”.
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