Vaquita marina, irresponsabilidad y corrupción

Es trágico que en más de treinta años, los gobiernos mexicanos no han entendido que la conservación es una prioridad e incluso un asunto de seguridad nacional.

El papel de las autoridades ha sido tibio, y las autoridades pesqueras mexicana, en particular, no han actuado con rectitud.
Nexos
Ciudad de México /

Por: Clementina Equihua, Rodrigo Medellín y Juan M. García

Ilustración: Raquel Moreno, cortesía de Nexos

El gobierno de Andrés Manuel López Obrador está paralizado. Desde el período de transición a la fecha, hace más de dos años, no se ha desarrollado una nueva estrategia para el Alto Golfo. Solamente hubo un enfrentamiento entre los secretarios de Agricultura y Desarrollo Rural y de Medio Ambiente en el que el secretario Villalobos resaltó “la falta de acciones coordinadas para atender la problemática que se vive en el hábitat de la vaquita marina, especie en peligro de extinción”. Tampoco han sido consultados los pescadores de la región ni muchos de los científicos que han estudiado por décadas la zona. Hoy, las comunidades pesqueras honestas viven en un estado de pobreza, desesperación e incertidumbre, y han solicitado a todas las autoridades competentes solución a los problemas que se viven en el Alto Golfo, sin haber recibido una propuesta clara de cómo van a resolverlos. La población de vaquitas sigue disminuyendo y las comunidades viven amenazadas y sin respeto a sus derechos.

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