El artista urbano Sinuhee Rodríguez comenzó a crear letras con base en el graffiti, estilizadas y caligrafía, con las que hace figuras geométricas o símbolos nacionales como una expresión a la que no denomina como un arte.
“Yo digo que no hago arte sino letras. Desde la secundaria cuando tenía 11 o 12 años comencé a hacer graffiti, primero haciendo tags como todos y después haciendo piezas conforme iba pasando el tiempo. Hace seis años cambié radicalmente la técnica y ahora lo que hago son letras un poco más estilizadas, caligrafía, con las cuales hago figuras geométricas o algún símbolo nacional. Solo estudié la prepa y todo fue con la práctica y de manera autodidacta” compartió en entrevista.
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Su proceso creativo nace de diferentes maneras, “a veces estoy en mi casa y de repente me invitan a ayudarles a pintar un muro y ahí lo que tienes que hacer es improvisar. A veces queda más chido cuando sale algo así que cuando planeo. En ocasiones cuando hago el boceto a veces no queda igual en el muro aunque queda bien. Ahorita que trabajo en la expo decorando algunos muebles ahí me toca improvisar y quedan cosas mejores”.
Su sentimiento es que siempre ha pensado que el arte urbano “es como regresarle algo a la calle, plasmar algo a la gratitud de tantas cosas que me ha enseñado a bola de 'madrazos'. Pero gracias a eso estoy donde estoy, como de mis letras, de eso vivo desde hace seis años. Aparte siempre trato de dejar un mensaje, por ejemplo un mural que tenía entre Hidalgo y Federalismo el texto dice 'El problema más grave de la humanidad es la ignorancia' y el arte es mi manera de retribuir a la calle, dejar algo ahí”.
Lo efímero de este arte es parte del encanto. “Sin embargo, hay una especie de 'ley', que dice que si alguien hace una pinta y otra persona la borra o la encima es porque va a poner algo más chido. A veces por ejemplo en el tiempo de elecciones borraron muchas pintas para poner su publicidad, eso no estuvo bien. Y otra fue el movimiento de hace años de Acción Poética, que no tengo nada en contra de eso, está chido que hagan su mensaje, pero borran un mural en el que te tardas a veces hasta dos días o más para ese poema de tres líneas. A mí me borraron varias y no fui el único, por eso causó revuelo, parecía que esas personas no sabían lo que hacían y causó descontento en quienes pintamos en la calle”, compartió.
En la actualidad compartió que “las personas ahora lo aceptan más, pero yo digo que la gente es muy voluble, a mí no me bajaban de cholo, pero en cuanto ven mi trabajo, ya quieren que les haga una pinta, ya me preguntan costo, y todo eso. Por otra parte está el gobierno, hubo un momento en que ibas a la penal incluso por hacer graffiti legal y ahora ya lo apoyan mucho".
"Está bien que hay más difusión y más trabajo y que muchos de los que nos dedicamos a esto no tuvimos estudios ni nada pero hemos podido sobresalir, porque hay colegas que hacen cosas profesionales que nunca estudiaron. Aquellos que nuestra escuela es la calle tenemos con que defendernos”.
LAT