Los visitantes coinciden en que el callejón Bubblegum Alley huele a frutillas mentoladas. Aunque no están claros sus orígenes, algunas versiones dicen que estas paredes cubiertas de chicles tienen sus orígenes en los años 50 con una rivalidad entre estudiantes de San Luis Obispo High School y Cal Poly.
Lo que sí está claro es que estos 20 metros de tapiz chicloso sólo se han limpiado dos veces desde los años 70 y cuando algunas personas pidieron una tercera limpieza, las autoridades se los negaron amablemente.
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Y es que Bubblegum Alley ha llevado publicidad positiva a los negocios aledaños. Desde programas de televisión, diarios internacionales hasta estrellas de TV han pasado por aquí para ser testigos del fenómeno curioso que atrae visitantes de todos los lugares.
El callejón está ubicado en el número 733 de la calle Higuera en San Luis Obispo, California. Algunos de sus visitantes optan por masticar y pegar su goma de mascar, mientras otros buscan palabras ocultas en la pared.
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evr