A partir del 31 de agosto el filme tapatío Terror en la sangre se estrena en las salas de la ciudad, en Cinetop Atemajac, una cinta dirigida por Adolfo López quien ha presentado previamente Pistolas de juguete y Claudia no se quiere morir.
El filme, compartió el director y guionista, “trata de 7 historias que se cruzan, qué ocurren en Guadalajara, de eventos sobrenaturales, cada historia se desenlaza por sí misma pero al final están en un mismo universo. Entonces vemos desde unas chicas que invocan al mismo demonio, a un chavo que se encuentra con algo espeluznante en un estacionamiento, una pareja cuya esposa se muere pero al resucitar no viene sola, otras chicas hacen una invocación y traen a una amiga que suicidó porque querían saber la respuesta de lo que había pasado. Así como un hombre que trata literalmente de engañar a la muerte para poder seguir viviendo y otros chicos que están atrapados en una especie de loop temporal, son siete historias que se van resolviendo, cada una de manera independiente y ocurren aquí en la ciudad”.
Siendo el director, guionista y editor, Adolfo disfruta todas las etapas. "De hecho estas historias ocurrieron porque quería hacer una película de terror, porque soy fan del género, me gusta mucho y yo disfruto ir al cine y que me asusten. Tenía varias ideas porque quería hacer una película de esto y lo otro y mejor decidí hacer varias en la misma película y contar un pedacito de cada una. Empecé a escribir cosas que yo tenía ganas de hacer y esa parte lo disfruto mucho, porque dentro de lo que cuento yo trato de platicarles cosas personales, cosas que yo creo. Tengo una que se llama El embrujo de Fátima porque realmente creo en la brujería y ha tenido experiencias con eso. Otra que es Claudia no se quiere morir, habla de reencarnación, de ángeles, de planos divinos, porque efectivamente creo en eso y quería contárselo a la gente”.
Para López, el trabajo en una cinta independiente los retos son constantes, “el pensarlo siquiera, porque se dan apoyos pero hay que tener ciertos requisitos, hay que juntar muchos documentos y es un proceso que puede llevar de 1 a 3 años. Entonces si quisieras hacer una película mediante esos estímulos tendrías que esperar para ver si te lo dan porque hay muchos participantes. Lo bueno de hacerlo independiente es que puedes hacer lo que tú quieras y cuando tú quieras la cosa es que necesitas invertirle para poder verlo”.
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Hace un par de años, el director también ingresó en la literatura de ficción con Mi nombre es Viktor y soy un vampiro que también autopublicó.
La cinta se exhibe a partir de hoy en las salas de Cinetop Atemajac, en Plaza Atemajac, frente a la estación del metro Atemajac. En el complejo se exhiben también las cintas mexicanas Insignis y Despierta.
LAT