Las Naciones Unidas y los líderes mundiales construyeron la Agenda 2030 que es la continuación de los Objetivos del Desarrollo del Milenio. Bajo el lema Transformar Nuestro Mundo se construyeron los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para que todos los ciudadanos del planeta logremos entre el año 2016 y 2030 luchar de manera conjunta y coordinada por erradicar la pobreza y generar las condiciones para alcanzar un desarrollo sostenible e igualitario.
Después de que en cada país se realizaron amplias consultas en la que al menos una persona de cada mil respondió la encuesta denominada "Mi Mundo", la Asamblea General resolvió determinar 17 objetivos y 169 metas en torno a cinco ejes centrales que son Planeta, Personas, Prosperidad, Paz y Alianzas.
Los compromisos universales necesitan a todos los actores para conseguir un desarrollo sostenible. Los 17 objetivos son: Fin de la pobreza, hambre cero, salud y bienestar, educación de calidad, igualdad de género, agua limpia y saneamiento, energía asequible y no contaminante, trabajo decente y crecimiento económico, industria innovación e infraestructura, reducción de las desigualdades, ciudades y comunidades sostenibles, producción y consumo responsables, acción por el clima, vida submarina, vida de ecosistemas terrestres, paz, justicia e instituciones sólidas y alianzas para lograr los objetivos.
La ex primer ministra de Nueva Zelanda y actual líder del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, Helen Clark señaló " este acuerdo marca un hito importante al poner nuestro mundo en un curso integrador y sostenible". Su palabras dejan muy claro que la suma de esfuerzos y la solidaridad es necesaria entre los países que integramos la comunidad internacional. Sin duda, el eje integrador es la cooperación internacional y resulta indispensable para poder, como una sociedad de naciones, alcanzar dichos objetivos.
Los ODS también son una respuesta creativa para atender las consecuencias de un sistema económico mundial que no ha podido transformarse y adaptarse a las nuevas demandas sociales que el mundo en su conjunto esta enfrentando. Comprometer a los Estados nacionales a buscar con toda la fuerza de las instituciones que los integran, el generar estrategias que traducidas en políticas públicas controlen, mitiguen y erradiquen los efectos negativos del llamado capitalismo salvaje.
En México, desde hace cinco años, tenemos la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AMEXCID) que es la institución del Estado mexicano para recibir, ofrecer y aportar junto con otras agencias del mundo la experiencia, el voluntariado, las capacidades y las oportunidades que nuestro país acumula. Desde su creación se ha logrado una mejor coordinación que permite con facilidad encontrar las oportunidades educativas, de promoción cultural y económica. Para que este a la altura de las aspiraciones que tenemos los mexicanos será necesario dotarla de recursos necesarios para hacer realidad el principio constitucional de política exterior establecido en el artículo 89, fracción décima.
Esperemos que nuestro país alcance muy pronto cumplir con los ODS y de esta manera contribuir con la acción conjunta de la humanidad para construir un mundo más humano, más próspero y en paz para las nuevas generaciones.