El tema azucarero siempre ha estado presente en la relación comercial bilateral entre México y los Estados Unidos, como un sector sensible y controversial. Ambos países estamos dentro de los seis primeros productores de azúcar en el mundo. Se estima que en 2017 la producción estadounidense alcance 7.9 millones de toneladas mientras que nuestro país logrará 6.6. El consumo estimado en la Unión Americana es de 11 mdt, mientras que en México es de 4.8 mdt. Nuestro país provee el azúcar para cubrir la demanda que requieren y el resto es exportada a otros países.
Recientemente, México y los Estados Unidos han acordado modificar el régimen que existía entre ambos países para comerciar el azúcar. El acuerdo bilateral en vigor no había sido revisado desde 2014 y este año, los productores estadunidenses han acusado a México de prácticas desleales. Nuestro vecino del norte busco establecer aranceles y cuotas antidumping como medidas compensatorias contra las importaciones de azúcar mexicana. En respuesta, el gobierno de México aceptó revisar el acuerdo buscando proteger su acceso al mercado estadounidense y conservar las ventajas ganadas previamente. La secretaria de Comercio, representada por Wilbur Ross, logró concesiones de su contraparte mexicana reduciendo de 53% a 30% el porcentaje de azúcar refinada en beneficio de quienes se dedican a procesar el azúcar en los Estados Unidos. También se incrementó el precio del azúcar y del azúcar refinada excluyendo el costo de transportación y empaquetado, el monto máximo en la pureza cambio su límite para hacer del azúcar, sin refinar, parte del cupo de 30%, se sancionan las violaciones al Acuerdo con penalidades más severas para los casos que rebasen los cupos permitidos y se estableció que en el caso de que los Estados Unidos requieran cantidades adicionales, nuestro país será la primera opción para proporcionar azúcar. Los resultados obtenidos en el Acuerdo fueron dentro de lo posible, lo mejor, sin embargo no es un buen precedente para la renegociación del TLCAN que se encuentra en este momento en su fase de consultas. La lección que habrá que tener presente es que los grupos de presión en la Unión Americana están poniendo la agenda en la Secretaría de Comercio y el Congreso. También que los ganadores fueron los empresarios de la refinación del azúcar en los Estados Unidos, a quienes se les garantizó un incremento del 23% en su producción. Se ha anunciado que el 16 de agosto iniciarán formalmente los trabajos de renegociación y el antecedente del azúcar no augura buenos resultados. El Presidente Trump hace política interna desde los temas de política exterior y la evidencia subraya que lo hace a cualquier costo que le permita tener un Congreso con mayoría en ambas Cámaras y seguir acumulando fuerza rumbo a su posible reelección presidencial. Hace unos días escuche de un diplomático mexicano en retiro, que el Presidente Trump finalmente había entendido lo importante que es México para el desarrollo, la prosperidad y la seguridad de los Estados Unidos. Habrá que seguir observando.