“Cuando contraponemos las decisiones analíticas contra las intuitivas, no estamos afirmando que unas sean buenas y otras malas.
Lo malo es utilizar cualquiera de las dos en circunstancias inapropiadas.” Malcolm Gladwell.
Durante 1519 Hernán Cortés se entrevistaba por primera vez en México con el emperador Moctezuma.
Malinche conocía la lengua azteca náhuatl y el maya. Gerónimo de Aguilar, sacerdote español, dominaba perfectamente su idioma y aprendió además el maya.
De esta forma, el diálogo entre ambos personajes históricos siempre siguió esa ruta de conversación: Moctezuma-Malinche-Aguilar-Cortés y viceversa.
Así lo refiere Malcolm Gladwell en su más reciente libro “Hablar con Extraños” de editorial Taurus, México 2020: “La palabra náhuatl para
Como en la historia, durante nuestro diario acontecer al visitar un restaurante, ir de compras o interactuar en el trabajo, siempre terminamos involucrándonos con alguien a quien no conocemos:
Un extraño. Gladwell, sociólogo británico, reconocido como uno de los mejores pensadores según Foreign Policy, afirma que los desconocidos pueden tener cualquier grado de complejidad, menos la simpleza.
Embustes, malos entendidos, traiciones y situaciones de violencia son algunos de los conflictos originados por no saber leer entre líneas las intenciones de los demás, pero que pueden ser analizadas desde la óptica de tres planteamientos: el sesgo de veracidad, el sesgo de transparencia y el acoplamiento.
Sin duda, una excelente obra de divulgación para evitar las conclusiones precipitadas y tratar de ver el mundo desde otra perspectiva, la que sugiere moderación para adentrarnos en la intencionalidad de quien apenas se conoce.
Pues como bien lo dice Gladwell: “Si uno es ciego a las ideas que subyacen y nuestros errores con desconocidos, entonces todo lo que queda es personal.”
Somos lo que hemos leído y esta es, palabra de lector.