“La historia nos enseña que para protegerse de los excesos del poder no es solución intentar eliminarlo, porque sería inútil.
Todas las revoluciones han derrocado un poder para sustituirlo por otro. La solución es controlarlo.” José Antonio Marina.
Para nadie es indiferente, muchos lo desean, otros le temen, pero ningún individuo se libra de las extensas redes que entreteje “el poder” en cualquier ámbito.
Aunque estemos acostumbrados a escuchar frases trilladas como “querer es poder” o “el conocimiento es poder”, es delicado encontrar una definición exacta para el término, y es que, desde la antigüedad hasta nuestros días, muchos han propuesto teorías para comprender, ejercer o mantener aquello que llamamos “poder”.
Con el objetivo de ordenar ideas ante la basta bibliografía en torno al tema, el prolífico escritor y filósofo contemporáneo José Antonio Marina publicó el libro “La pasión del poder” editorial Anagrama Barcelona durante 2010, tratado de 230 páginas que disecciona las complejas capas que conforman el dominio y control de las relaciones humanas.
Marina expone que el poder emerge del deseo de controlar la realidad. En ese sentido, la dominación consiste en dirigir las acciones de otras personas y para lograrlo se emplea el uso de premios, castigos, torturas, chantajes, persuasión, seducción y adoctrinamiento.
De esta manera, la obra analiza las relaciones entre alumno-maestro, trabajador-patrón, hijo-padre, así como las formas de control que ejercen los medios de comunicación, parejas sentimentales, corporativos, religiones y el estado.
Una lectura totalmente recomendable que nos hace pensar en nuestras relaciones con los semejantes, pues todos, de alguna manera, estamos inmersos en esta dinámica; a veces en el papel de ejercer el control, otras como quien obedece.
No podemos eliminar el poder, a lo mucho podemos cambiar la forma en la que se ejerce, pero esto en gran medida depende de uno mismo, pues como bien dice Marina:
“De igual manera que el universo al expandirse crea su espacio, así nosotros hemos de crear el espacio humano de nuestro propio vuelo”.
Somos lo que hemos leído y esta es, palabra de lector.