Al cliente, lo que pida

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  • Alberto Chimal

Guadalajara /

El primer día de esta FIL me tocó conversar con una persona que ha venido a la Feria desde su primer año y añora sus viejos tiempos, cuando era un evento pequeño y había más énfasis en editoriales independientes y libros difíciles de encontrar en otros lugares. “Eso se acabó”, me dijo, haciendo referencia a la forma en la que las grandes editoriales suelen tener los mejores espacios y mucho de lo que sucede se relaciona con lo que esas editoriales quieren o no quieren vender.

Hay algo, o mucho, de razón en esto, y el tema aparece sin duda en muchas conversaciones de estos días. Por ejemplo, en una mesa del ciclo Latinoamérica Viva, una discusión interesante se dio entre las escritoras chilenas Pía Barros y Carla Guelfenbein. Barros también es activista, tallerista y editora independiente; en sus participaciones explicó su disgusto con lo que los grandes mercados ofrecen, y cuando alguien del público pidió saber dónde había ejemplares de sus libros para comprar, ella respondió que en la Feria no hay ninguno: ella trae ejemplares de un libro colectivo de tema feminista, pero son para un evento que tendrá lugar fuera del recinto de la Feria, y expresamente para las mujeres que acudan a él. Por su parte, Guelfenbein —ganadora del Premio Alfaguara por la novela Cuando te hablen de amor— defendió a su casa editorial, parte del enorme conglomerado Penguin Random House, y a las editoras transnacionales en general, explicando que le han dado apoyo y la oportunidad de escribir lo que ha querido. Felizmente, no hubo las chispas que algún espectador morboso hubiera esperado —Guelfenbein y Barros son amigas; más aún, la primera fue alumna en los talleres de la segunda—, pero los extremos del debate quedaron claros.

Y en medio, ya sabemos: la de 2019 no será la primera FIL en la que algunas de las estrellas más importantes no serán libros propiamente dichos, sino celebridades en la portada de ciertos libros, o incluso en el empaque de productos que no tienen nada que ver con los libros. Por ejemplo, yendo de puesto en puesto se puede encontrar una gama de productos de Los Polinesios, un grupo de youtubers mexicanos, desde tazas hasta un juego de mesa. Al cliente lo que pida, supongo.

Para buscar en la FIL

Alguien de Los Polinesios tiene un libro, pero no necesita ninguna publicidad que este espacio pueda darle. Por otra parte, hay más de un libro interesante (valioso, atractivo, digno de irse a tu casa contigo) en los puestos de libros pop, de editoriales que no tienen aspiración culta alguna y lo aceptan sin vergüenza. Por ejemplo, el stand de la editorial Panini se empeña en anunciar productos relacionados con Batman o Dragon Ball Z, pero también tiene cosas mejores, como 'Uzumaki' de Junji Ito, un manga clásico del horror de los años noventa, o 'Providence' de Alan Moore y Jacen Burrows, una relectura-reescritura de la obra de Lovecraft.


Si los encuentran (o ven alguna otra cosa interesante en esos bordes de la FIL), me avisan.


ÁSS

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