“Jugar en el América no está hecho para todos, no todos pueden". Cuauhtémoc Blanco
A lo largo de su historia el América, siendo uno de los clubes más poderosos económica y deportivamente hablando siempre ha tratado de construir equipos importantes con jugadores de élite. En los años ochenta, a través de una visión y un ojo quirúrgico de Panchito Hernández (Q.E.P.D) buscaba jugadores que se consolidarán dentro del club para volverlos casi de élite internacional.
Sin embargo, esta faceta no sería eterna y vino una debacle importante construida a base de billetazos y de arrebatar jugadores a sus archirrivales, a veces dejando a un lado la ética, para convertirse no sólo en un equipo odiado deportivamente hablando sino también por muchos directivos que se vieron pisoteados por el equipo y la empresa que los representa. No olvidemos el Necaxa Campeón de los noventa, que tuvo que ceder a figuras como Ratón Zárate, Beto García Aspe, Alfredo Moreno, Luis Hernández por mencionar algunos.
Y qué decir, de cuando el americanismo comenzó a fijarse en figuras de sus más grandes archirrivales como por ejemplo; Ramón Ramírez (Chivas), Oswaldo Sánchez (Chivas), Richard Núñez (Cruz Azul), Sebastián Abreu (Cruz Azul), Efraín Juárez (Pumas), Nico Castillo (Pumas) por mencionar sólo algunos.
Todos los nombrados con un común denominador; fracaso total y absoluto.
Y parece que la fórmula del reciente presidente Operativo González Iñarritu será apuntalar el equipo con jugadores que se consolidaron en otros equipos y que vayan que le hicieron daño al americanismo.
La reciente llegada de Jonathan Rodríguez, esa por la que muchos azules nos decepcionamos, incluidos su servidor y que el americanismo se enaltece casi como si hubieran ganado un enfrentamiento entre ambos equipos, es la misma que resulta una total y absoluta falacia, fiel del estilo del equipo telenovelesco de este país.
Pues amigo americanista. Si usted espera ver al Cabecita Rodríguez que desplegaba y volaba por la banda izquierda a su antojo en Torreón a una temperatura endiablada donde Rodríguez traía de trapos a los defensas, espere usted sentado. Y no solo eso, si usted espera ver al Jonathan Rodríguez que se echó al hombro una loza de cemento de 23 años sin campeonato para darle la mayor alegría a millones de aficionados en este país. Mejor váyase recostando. Lo único que evitará ver es la paternidad con la que Jonathan Rodríguez manejaba a Memo Ochoa, eso sí, podrá sentirse total y absolutamente aliviado.
Y no es que demerite la capacidad y profesionalismo de este grandísimo jugador. Ni tampoco me haya desencantado por no estar en el Azul, como muchos amigos románticos azules, no señor. Simplemente hay que echar un vistazo a sus números donde en más de un año desde que jugó aquella épica final que lo convirtió en un icono azul ha anotado cuatro goles, de los cuales tres fueron con Cruz Azul y sólo uno con el Al Nassr y no solo eso sino que proyectó en el 2021-22 la paupérrima cantidad de mil 204 minutos en 21 juegos, sin mencionar que solo disputó tres partidos con su último club. Vaya cifra para la llamada contratación del año. Y no es que uno quiera que le vaya mal, sobre todo en su sueño por alcanzar la Copa de Mundo, pero es un hecho que en cuatro meses no desplegará un futbol único, ni tajándose a Cristiano Ronaldo, Lionel Messi (bueno este último no porque luego se nos achica), Neymar, Hugo Sánchez, Cuauhtémoc Blanco y Luis García juntos.
La apuesta americanista por su estilo de juego no está del todo hecha para Jonathan Rodríguez pues sí algo cambió desde la salida de Solari era justamente jugar con espacios abiertos. Y si lo que esperan es un goleador pues mucho menos. Aportará sin lugar a duda, porque calidad la tiene, pero de eso a que llegue a superar el doble dígito en el rubro de goleadores lo dudo mucho y bueno de campeonar ni hablamos. Creo que una vez más el americanismo arrastrara consigo a un gran futbolista como lo ha hecho a lo largo de muchas tristes y dolorosas historias, así que preparémonos para ver una triste historia, una novela más del canal de las estrellas.
Hasta la próxima…
Por: Alberto Romero Rodríguez
Cuenta; ManchonPenal
@AlbertoRomeroMP