Se supone que el fenómeno del ambulantaje se había resuelto desde el inicio de la administración municipal que comenzó con Eduardo Rivera en 2021 y está concluyendo ahora con Adán Domínguez.
Esa, al menos, había sido la percepción que construyeron bajo unas líneas discursivas específicas para demostrar que se había logrado erradicar al comercio informal de las calles, una problemática que había encontrado su estado de descontrol durante el trienio de la morenista, Claudia Rivera Vivanco, cuando hasta los elotes y la fayuca llegaron a las puertas de Palacio Municipal.
Sin embargo, todo parece indicar que se trató de una estrategia sostenida con palillos y que a la primera provocación, se diluyó. No se puede entender de otra manera.
Si durante dos años y 10 meses funcionó su plan para liberar las calles del ambulantaje, porqué modificarlo y anunciar un permiso provisional para comercializar mercancía en las calles de cara al regreso a clases.
Y porqué cerrar calles del Centro Histórico afectando la movilidad de la población, el flujo de compradores para el comercio establecido y el surgimiento “orgánico” de protestas por parte de organizaciones como Antorcha Campesina, la 28 de Octubre, y Doroteo Arango, entre otras.
Es decir, el gobierno capitalino abrió innecesariamente dos frentes que estaban bajo control, el del comercio informal y el establecido; a los primeros los revivió y a los segundos los confrontó.
Esto permitió que los líderes ambulantes tomaran un segundo aire y reclamaran lo que alguna vez sintieron perdido.
Nada quedó de aquella narrativa de que la informalidad se había erradicado, hoy nuevamente se ha desbordado.
¿Será que las condiciones cambiaron una vez se conocieron los resultados del 2 de junio y lo que verdaderamente se busca es complicar la llegada de Pepe Chedraui el 15 de octubre?
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Bajo perfil del gabinete de Armenta
No es malo, de hecho parece buena idea que los funcionarios dejen a un lado el protagonismo y se enfoquen en los resultados.
Solo de esta forma se podría justificar que muchos de los recién nombrados nuevos secretarios, subsecretario y directores, no cuenten con un vasto currículum en la administración pública.
A estos hay que agregar aquellos que serán herencia del cespedismo en áreas fundamentales de la administración, como Finanzas, Administración y Bienestar.
Insisto, no es malo, es más bien que muy probablemente nos estamos adentrando a una nueva dimensión de la política poblana.