Que un contingente del ejército ruso desfilara el 16 de septiembre no solo amerita hacer un escándalo, como reclamó el presidente López Obrador, ¡es un escándalo!
Rusia violó el derecho internacional al invadir a Ucrania, un Estado independiente y soberano. Incluso la Corte Penal Internacional ordenó el arresto del presidente ruso, Vladímir Putin, por crímenes de guerra y lesa humanidad. Y México condenó la invasión ante la ONU.
Francamente no se puede ser neutral al respecto. En Ucrania conversé con familias incompletas, desplazadas, con miedo. Vi edificios destruidos, a niños tomando clases en un búnker cuando se activó la alerta antiaérea y por las noches experimenté las amenazas de drones no tripulados y misiles.
La embajadora de ese país en México, Oksana Dramaretska, compartió para esta columna su posición ante lo ocurrido:
“Decir que estamos decepcionados por tal gesto del presidente mexicano es quedarse corto. Consideramos inaceptable tal medida, que no se corresponde con el carácter amistoso de las relaciones entre Ucrania y México, así como con la política declarada de neutralidad del país. Igualmente, consideramos tal conducta poco congruente con la posición de México demostrada en el marco de las Naciones Unidas con respecto a la condena de la agresión rusa. Sobre todo, consideramos que la decisión de invitar a representantes del ejercito del país invasor de ninguna manera honra las decenas de miles de ucranianos que fueron masacrados, torturados y violados por los mismos soldados que fueron aplaudidos en el corazón de México el 16 de septiembre”.
El abogado Juan de Dios Gutiérrez Baylón, experto en derecho internacional, me explicó que mientras no haya una resolución del Consejo de Seguridad imputando una sanción específica a Rusia, Ucrania o ambos, los Estados como México son libres de mantener relaciones con ellos. Por lo que la participación del contingente ruso no puede significar un acto infractor, ni una posición de reconocimiento o respaldo a las acciones de Rusia en Ucrania.
Sin embargo, reconoció que la fraternización política con una de las partes en las crisis armadas sí puede implicar una vulneración del artículo 33 de la Carta de las Naciones Unidas, si se interpone en la posibilidad de servir como agente de solución.
Para Ucrania, los soldados mexicanos desfilaron con el invasor, su enemigo. Gesto de amistad con Rusia y agravio para Ucrania que se da justo cuando en la Asamblea General de la ONU esa guerra será el tema central.