El juicio contra el ex secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, deja una enorme tarea a las autoridades de justicia en México.
Todo lo que se dijo en las audiencias y los testimonios de las 26 personas que la Fiscalía de Nueva York llevó para intentar demostrar su culpabilidad representan un cúmulo de información que rastrear y corroborar en el país donde presuntamente ocurrieron todas esas conductas delictivas: México.
Lo que se narró en la Corte del Distrito Este de Nueva York arrojó conductas delictivas de autoridades de los tres niveles de gobierno ocurridas en territorio mexicano, mismas que, según los testigos y los fiscales, fueron fundamentales para las actividades criminales de los miembros del cártel de Sinaloa en esos años y los consecutivos, porque ni el narcotráfico ni el poderío de ese grupo delictivo terminó cuando García Luna y sus subalternos dejaron el cargo; por el contrario, aumentó.
A la par del crecimiento del cártel de Sinaloa, su máximo rival, el Cártel Jalisco Nueva Generación, se ha apoderado de buena parte del territorio nacional. Ambos compiten por rutas, plazas y su droga, actualmente toneladas de fentanilo, por llegar a los mercados más redituables para su venta en ciudades de Estados Unidos.
¿Dónde están las investigaciones y acusaciones en México contra los funcionarios de cualquier nivel que trabajan con o para los grupos del narcotráfico?
¿Por qué en México García Luna no tiene ninguna investigación relacionada con su presunta complicidad con el crimen organizado? Y si no la hay contra él, ¿cuántos de sus subalternos o sucesores están en la mira de las autoridades ahora que fueron mencionados en Nueva York?
Culpable o no culpable, la conclusión del juicio contra García Luna debe servir como guía para iniciar investigaciones sobre todo aquel que fue mencionado, debe promover el intercambio de información entre ambas fiscalías, pues reveló que muchos de los relatos los tienen desde hace años los fiscales y agentes en las anotaciones que hicieron de sus reuniones con los testigos.
México debe confirmar qué tanto de lo que ahí se dijo es verificable, proseguible y sancionable. Para que además de detener y extraditar narcos se castigue a todo aquel que desde el gobierno les ayuda a nutrir sus emporios criminales.
Alejandro Domínguez@AlexDominguezB