El Bukele mexicano

Ciudad de México /

El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, tiene un poder absoluto, envidiable para cualquier líder que busca cambiar a su antojo la realidad de su país. Una fórmula aplicada de forma minuciosa que le permitió ser electo presidente, reelegirse en el cargo y mandar sobre los otros poderes. La receta podría estarse implementando desde ahora en México.

Entre las condiciones necesarias está la popularidad. Debe ser alguien conocido, con poder político, económico o ambos. Y si resulta atractivo para la mayoría de sus votantes, ya está del otro lado.

La segunda característica es la capacidad de resolver un problema común. Que no hay duda, la problemática más grave en México es, como era en El Salvador, la violencia.

Con el estandarte de la seguridad, ya en el cargo, Bukele estableció un estado de excepción que lleva dos años y medio activo, y apenas el fin de semana prometió relajarlo “pronto”. Eso le ha permitido encerrar a todo aquel que se presuma ser parte de las pandillas MS-13 o Barrio 18 (sureños y revolucionarios), que hasta hace unos años tenían el control de todo el país, fuera y dentro de las prisiones. Cobraban rentas a los negocios, a los comerciantes y hasta a sus vecinos. Y mataban a todo pandillero contrario que se metiera en su territorio.

Para extender ese estado de excepción, Bukele requirió del Poder Legislativo, donde actualmente tiene el control absoluto. ¿Les suena?

Para que los detenidos se queden tras las rejas, Bukele necesitó a los jueces, por lo que hizo una limpia para supuestamente acabar con los corruptos o hacer que todos se le cuadren. ¿Les suena?

Las consecuencias del estado de excepción, los daños colaterales y los sacrificios de ciudadanos inocentes detenidos aún no se perciben en El Salvador. La mayoría de la gente tiene lo que más les preocupaba, tranquilidad y libertad al salir de casa. Por eso más de 80 por ciento votó por Bukele, quien dice que no buscará un tercer mandato, pero se sabe que lo está pensando.

Quien en México encaja en la fórmula Bukele ya es popular, dice estar enfocado en el combate a la violencia, obtuvo el respaldo del Congreso para ampliar sus facultades y los jueces se le empezaron a cuadrar concediéndole órdenes de aprehensión solicitadas.

Como Bukele, él dirá que su aspiración no es la Presidencia, pero también decía eso antes de buscar la candidatura por la Jefatura de Gobierno. Postularlo fue y será decisión de Claudia Sheinbaum.


  • Alejandro Domínguez
  • alejandro.dominguez@milenio.com
  • Periodista por pasión. Dirijo y conduzco #AlexEnMilenio L-V #22hrs. Escribo la columna #RecuentoDeLosDaños cada martes. Profesor en la Universidad Iberoamericana
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