No es secreto que “las marchas por la democracia” organizadas por la llamada Marea Rosa, que integran organizaciones de la sociedad civil, han tenido entre sus participantes a simpatizantes y líderes de los partidos de oposición (PAN, PRI y PRD) y, desde que la eligieron como candidata presidencial, respaldan a Xóchitl Gálvez, pero ella se había mantenido al margen. Ahora acudirá a la concentración que se realizará el domingo 19 de mayo en el Zócalo de la Ciudad de México y el Instituto Nacional Electoral se la contará como acto de campaña.
Gálvez busca capitalizar el respaldo de esas organizaciones civiles y ciudadanos que asisten para asegurar votos de la que a todas luces es su base de apoyo y aprovechará para convertir el evento en mitin de campaña en la Plaza de la Constitución, que Morena se adjudica como propia.
En términos electorales, la idea no es mala. Pero en materia de fiscalización parece un volado. Un riesgo que decidió tomar ante un eventual resultado cerrado en el que el rebase de los topes de gastos de campaña le pueda jugar en contra.
Lo que es un hecho es que lo que ahí se gaste se le contabilizará. Funcionarios del INE acudirán, como lo hacen en actos de campaña, a verificar y tomar nota de la cantidad de sillas, mantas, banderas, templete, sonido y un sinfín de etcéteras, que considerarán como gastos de campaña de la candidata presidencial de la coalición Fuerza y Corazón por México.
La suma podría ser estratosférica si solo se trata de sumar y sumar. Sin embargo, ya hay un evento de campaña que funcionará como base para facilitar la fiscalización del evento del domingo. Se trata del arranque de campaña de la candidata de la coalición Sigamos Haciendo Historia, Claudia Sheinbaum, en ese mismo lugar el 1 de marzo.
Dependiendo cómo lo reporte la coalición opositora y los ajustes que haga el INE, el tema podría escalar y tener que ser resuelto en el Tribunal Electoral dado que, en los hechos, la candidata es solo una invitada y supuestamente los gastos no correrán a cargo de los partidos que la postulan, sino de las organizaciones civiles convocantes.
La valoración del INE para contabilizarlo no es quién lo paga, sino quién es la principal beneficiaria con su realización, incluso si la candidata no asistiera.
En ese caso, ¿las conferencias mañaneras de Palacio Nacional, en las que se ha determinado la intervención del Presidente en la contienda, se las contabilizarán a Claudia Sheinbaum como “gasto guinda”?