Las candidatas y el candidato presidenciales fueron testigos de los pendientes de Acapulco a casi 6 meses del paso del devastador huracán Otis. Al acudir a la Convención Bancaria y tener eventos de campaña pudieron recorrer las principales calles y avenidas, darse cuenta de lo que se ha avanzado y todo lo que se debe hacer. Se llevan una enorme tarea a casa, espero, quien gane implemente el plan que falta.
Es cierto que el desastre de los días y meses posteriores ha disminuido, pero lo que se requiere para volver a poner a este destino turístico en pie aún es monumental. Desde el paso de Otis he visitado 4 veces Acapulco. Llegué al día siguiente cuando todo era un caos. La semana después, aún faltaba electricidad y se empezó a hacer el censo de daños. Para febrero, con la realización del Abierto Mexicano de Tenis el puerto quedó reabierto parcialmente al turismo. Ahora para la Convención Bancaria, hubo avances en la restauración de los hoteles de la zona Diamante.
Acapulco no estaba bien desde antes de Otis. Hoteles, departamentos o casas de vacaciones eran refugio de quienes lo visitaban ante el peligro que les significaba transitar. Los restaurantes, bares y antros eran frecuentados por integrantes de la delincuencia organizada con quienes los turistas terminaban conviviendo. Al día siguiente de Otis fue evidente la operación del crimen para organizar los saqueos. Y el inicio de año en Acapulco estuvo marcado por el paro del transporte público ante la amenaza de las extorsiones.
Por eso, la restauración de Acapulco debe incluir una purga de delincuentes y el blindaje de toda la zona turística, urbana y rural. Para que tanto visitantes como habitantes transiten de día y de noche sin miedo.
Tras el paso de Otis, la iniciativa privada comenzó a restaurar hoteles y restaurantes. El gobierno, por su parte, otorgó recursos económicos, que motivaron a miles de habitantes a dejar sus trabajos y vivir de los apoyos, mientras les alcancen. Los incentivos deben prevalecer, siempre y cuando, la gente mantenga ingresos, para que se empleen y contribuyan a la recuperación.
Además de las casas de los habitantes, los hoteles, restaurantes y casas de descanso requieren apoyo. En muchos casos los seguros no han podido cobrarse, en otros no contaban con ellos.
El próximo gobierno federal debe destinar recursos millonarios para asegurar que este destino emblemático de nuestro país retome el rumbo.