Mis preguntas para el papa

Roma, Italia. /

Advierto a los colegas vaticanistas (como se les dice a quienes cubren el Vaticano) que yo sabía que el encuentro de este lunes entre los medios de comunicación y el papa León XIV no sería una rueda de prensa acalorada donde unos piden bendiciones, otros gritan preguntas y al final responde a uno que otro conocido. Sabía que el encuentro con la prensa mundial desplegada en Roma era su presentación, con un mensaje para su audiencia, nosotros, e interacción muy breve con algunos previamente sorteados o seleccionados.

Sabiendo eso, salí del auditorio Pablo VI con algunas inquietudes. ¿Le habrán hecho alguna pregunta valiosa? ¿Solo lo saludaron?

Yo no pude hacerle ni una pregunta sobre el tema que más me importa: México. Pasó frente a mí unos segundos al salir por el pasillo central. El bullicio y mi afonía me impidieron llamar su atención. Eso sí, justo en ese instante pude ver cómo saludó a un seminarista mexicano. “¡Mexicano!”, exclamó el papa. Yo estaba convencido de que no iba a darse el tiempo para responderme.

Mis preguntas tienen que ver con lo que dijo el jueves y el domingo en San Pedro, donde llamó a la paz, haciendo referencia a varios conflictos: Ucrania, la Franja de Gaza, India y Pakistán.

Quería recordarle que en México vivimos otra guerra desde hace décadas. Que deja más de 70 homicidios en promedio al día. La guerra generada por el narcotráfico y los grupos criminales. Y el año pasado, la Iglesia intentó intervenir. Sacerdotes de Guerrero tuvieron reuniones y comunicación con líderes criminales para convocarlos a una tregua.

¿Promovería un papel más activo de la Iglesia en la búsqueda de la paz en México? ¿Estaría de acuerdo en que sacerdotes entablen diálogos y sean mediadores para que dejen de violentar a la ciudadanía?

El próximo fin de semana, el gobierno de México le extenderá la invitación para visitar nuestro país; si acepta, espero tener sus respuestas.

Algo me respondió con su mensaje a los medios. No habló de México en específico, pero sí del papel de los comunicadores para que con el lenguaje promovamos la paz. Nos convocó a “decir ‘no’ a la guerra de palabras e imágenes”. A que “desarmemos las palabras y ayudaremos a desarmar el mundo” y elegir “consciente y valientemente el camino de la comunicación en favor de la paz”.

No sé qué papel jugará la Iglesia de León XIV frente a la guerra criminal y la violencia en México, pero vaya que desde la comunicación debemos contribuir a que pare y seguir promoviendo la paz.


  • Alejandro Domínguez
  • alejandro.dominguez@milenio.com
  • Periodista por pasión. Dirijo y conduzco #AlexEnMilenio L-V #22hrs. Escribo la columna #RecuentoDeLosDaños cada martes. Profesor en la Universidad Iberoamericana
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