¿Quién será el nuevo papa?

Ciudad de México /

Ciudad del Vaticano. Si alguien intenta responder esa pregunta antes del miércoles por la noche, no le crea. La realidad es que actualmente nadie sabe quién será el nuevo papa. Aquí en el Vaticano reina la incertidumbre y esa es la pregunta constante, hasta entre los cardenales electores.

Lo que sí podemos intentar comprender es lo que se esperaría del sucesor de Francisco.

¿Y cómo hacerlo? Sugiero revisar los perfiles de los cardenales nombrados durante su papado. Se trata de 4 de cada 5 electores en el cónclave. El 80 por ciento de los 133 que, a partir del miércoles, se encerrarán y desconectarán del mundo exterior hasta lograr la fumata blanca: dos terceras partes de la votación para una sola persona.

Sus historias dicen mucho de lo que Francisco imaginó para la Iglesia una vez que concluyera su periodo al frente. No cabe duda que los eligió pensando que cualquiera de ellos podría sucederlo en el cargo.

La mayoría evita a la prensa. Prefieren guardar silencio y si hablan no manifiestan tendencia alguna sobre el perfil que elegirán.

Uno de ellos me regaló unas palabras al salir de la segunda congregación general del lunes (la onceava desde que murió Francisco). Se trata del arzobispo de Santiago de Chile, Fernando Chomali.

Me dijo que él está muy orgulloso de todo lo que hace la Iglesia y que deben seguir por ese camino, eligiendo a “alguien que dedique su vida a construir un mundo mejor”.

Otra aproximación al perfil idóneo para la Iglesia, o para Francisco, aunque podrían distanciarse entre sí, es esta joya literaria: “El loco de Dios en el fin del mundo”, el nuevo libro del escritor español Javier Cercas. Extraordinaria recomendación de mi compañero de páginas, José Luis Martínez.

Cercas se metió hasta las entrañas del Vaticano y conversó con las figuras más destacadas del pontificado de Francisco antes y durante el viaje que hizo a Mongolia, donde el papa tenía puesta la atención por su agudeza como misionero.

Asia era un lugar al que el papa solía mirar frecuentemente, pero era latinoamericano y además se pronunciaba por los migrantes, particularmente por los de África que llegaban ahogados a Lampedusa, la isla que visitó en su primer viaje. ¿Asia, África o Latinoamérica son pistas?

No. Hasta que veamos el humo blanco y escuchemos el “Habemus papam” sabremos si viene de alguna de esas regiones del mundo, o simplemente las enmarcará entre sus prioridades, pues es donde la Iglesia está fuerte y donde su futuro seguramente recaerá.


  • Alejandro Domínguez
  • alejandro.dominguez@milenio.com
  • Periodista por pasión. Dirijo y conduzco #AlexEnMilenio L-V #22hrs. Escribo la columna #RecuentoDeLosDaños cada martes. Profesor en la Universidad Iberoamericana
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