Personal del Metro de Ciudad de México me hizo llegar información de lo ocurrido en la Línea 3 el 7 de enero, cuando chocaron dos trenes dejando una mujer muerta y más de 100 heridos y que la fiscalía capitalina atribuye al corte doloso de cables que afectó la señalización ese sábado y la falta de pericia del conductor, actualmente acusado de homicidio imprudencial.
Como les tienen prohibido hablar, en el anonimato explican la serie de eventos de aquella mañana de sábado, que consideran no son simple casualidad.
En su relato confirman que los cables fueron cortados, pero aseguran que se supo desde el viernes. Muy probablemente, me dicen, se trató de personas ajenas al Metro que buscaban robárselos. Dudan que el mismo viernes se los hayan llevado, por lo que creen que los debieron sacar la madrugada del sábado.
Les extraña que nadie haya reportado la falla en la señalización que desde el viernes se generó por el corte de cables y que no se tomaran medidas para reducir los riesgos en la operación y evitar una tragedia como la que se generó.
De acuerdo con el protocolo establecido, el regulador del Metro debió haber mandado a un inspector a la estación Potrero para avisarle a cada conductor qué señales eran las que estaban fallando.
A los conductores solo les dijeron “que estaba establecida la marcha de seguridad porque había una falsa ocupación”.
Sumado a la falla de las señales, uno de los trenes, el número 23, venía bloqueándose en todo el trayecto. Es decir, se venía frenando. Pero, según narran los trabajadores, no se alertó de esta falla al tren número 24.
El impacto se originó cuando el tren número 23 estaba frenado dentro del túnel. Cuentan que no solo se frenó sino que se apagó, algo que es poco común. El tren 24 entró al túnel, que además tiene deficiencia de iluminación. Detallan que el conductor sí activó el frenado de urgencia, pero, misteriosamente, el vagón delantero se zafó e impactó.
El relato evidencia una serie de “hechos atípicos”, como diría el gobierno capitalino, que en resumen son: el corte y robo del cable, la falla de señales, la falta de inspector, un regulador distraído, un tren que se va frenando, se apaga y se queda sin luz, un túnel a oscuras y un tren que al aplicar el freno de emergencia desprende el vagón delantero provocando el impacto.
La fiscalía debe seguir investigando, pues con todos estos elementos la responsabilidad de lo ocurrido no solo debe recaer en quien cortó los cables y en el conductor del tren que chocó.
@AlexDominguezB