Los Juegos Olímpicos de París pasarán a la historia como uno de los mejores organizados. La transformación de la ciudad es evidente y la recepción que se da a los asistentes, espléndida. El orden, limpieza y seguridad sorprenden.
Todavía hace poco más de un año que estuve ahí, durante el torneo de tenis de Roland Garros, París mantenía el caos que la caracteriza. Las estaciones de metro estaban saturadas y descuidadas, con mal olor y basura. Los carteristas hacían de las suyas en algunas de las rutas más frecuentadas por los turistas como el tren que lleva al Palacio de Versalles, donde varias personas que viajaban en mi vagón se quedaron sin cartera y celular de un momento a otro
Unos días antes de los Juegos Olímpicos todavía se reportaron hechos delictivos, incluidos algunos robos contra las delegaciones de atletas, pero una vez que se inauguraron la constante fue la seguridad.
La señalización en calles, estaciones de metro y dentro de los vagones para cada una de las sedes olímpicas es muy clara. Hay trabajadores y voluntarios dispuestos a orientar a los asistentes en francés e inglés.
Los pisos, muros y techos de las estaciones del metro fueron pintados, los limpiaron y les dieron mantenimiento.
La atención a los medios de comunicación y reporteros que la ciudad otorga en el centro de medios es espléndida. Y en ninguna de nuestras transmisiones desde las calles y sitios emblemáticos de París tuvimos impedimento alguno para trabajar de día, noche y madrugada.
Si bien el día de la inauguración planteó un reto por el nerviosismo de las autoridades y el exceso de seguridad, como bloqueos y cierres en las principales avenidas, conforme han pasado los días el despliegue de seguridad es mucho más estratégico. Eso sí, aún con policías, gendarmería y militares fuertemente armados en la calle, estaciones de metro y de tren, que para algunos habitantes y turistas resulta excesivo e incómodo.
En dos años México, junto con EU y Canadá, será sede del Mundial de Futbol de la FIFA. ¿Cómo va la organización? ¿Qué se está haciendo para garantizar el traslado de los asistentes a los estadios? ¿Cómo se garantizará la seguridad y el tránsito en zonas turísticas, hoteles, aeropuertos, estaciones del Metro y centros nocturnos?
Faltan dos años, pero con la anfitrionía que está mostrando Francia y ante nuestros propios problemas debemos apurarnos para que nada falle. Por lo pronto, la organización en París resulta envidiable.