El ecoturismo no es una moda, es una legítima preocupación por el bienestar del planeta, el respeto por los recursos naturales y la preservación de las culturas originarias, acciones que no siempre son respetadas o seguidas por la Iniciativa Privada, las autoridades y población. Es una estrategia para promover un turismo comprometido, viajar de manera sostenible y responsable con el medio ambiente y conservar la biodiversidad.
Se busca la satisfacción personal, pero también la educación ambiental y la integración de las comunidades locales.
Hidalgo es un estado con gran diversidad natural y cultural y ello implica que haya una amplia variedad de sitios para disfrutar y aprender sobre la importancia de preservar el medio ambiente.
Ahí está el Parque Nacional Los Mármoles, situado en la Sierra Madre Oriental y en el territorio de los municipios de Pacula, Jacala, Zimapán y Nicolás Flores. Es ideal para practicar el senderismo en medio de formaciones rocosas impresionantes y bosques de pinos y encinos; además, es hogar de diversas especies endémicas de plantas y animales.
En el Valle del Mezquital está el Parque Eco-Arqueológico de Tepozán, que combina elementos naturales y culturales; cuenta con rutas para practicar senderismo, además de ofrecer espacios para la observación de aves.
En la Biósfera de la Huasteca, en la región del mismo nombre, hay paisajes de selva y cascadas. Un sitio perfecto para quienes buscan un contacto directo con la naturaleza a mediante caminatas, paseos por ríos cristalinos, y la observación de especies en peligro de extinción. Este lugar es un ejemplo claro de cómo el ecoturismo puede ser una herramienta para la conservación de la biodiversidad.
Además de los parques y reservas, algunas comunidades rurales se han convertido en anfitrionas y han desarrollado proyectos comunitarios, se pueden aprender sobre la vida rural, las tradiciones locales y las prácticas sostenibles, además de actividades como la apicultura, el cultivo de plantas medicinales y la elaboración de productos artesanales.
Recomendaciones
Para practicar el ecoturismo, los visitantes deben seguir algunas recomendaciones básicas para garantizar que su impacto sea mínimo.
Hay que respetar las señales y normativas, no interferir con la fauna local ni recoger plantas o rocas; la conciencia ambiental es crucial, por lo que los turistas deben evitar el uso de plásticos de un solo uso y llevar consigo todo lo que hayan traído, asegurándose de dejar el lugar tal como lo encontraron.
También es recomendable optar por operadores turísticos que fomenten el ecoturismo responsable y trabajen en colaboración con las comunidades locales y las autoridades ambientales para ofrecer experiencias enriquecedoras; además, al elegir tales servicios se contribuye al desarrollo económico.
El respeto por la cultura local es esencial, así que es obligado valorar y respetar las tradiciones ancestrales de las comunidades indígenas. Se debe interactuar con esos pueblos de manera respetuosa y aprender de sus costumbres sin interferir ni alterar sus formas de vida al participar en actividades culturales, como talleres de artesanía o ceremonias tradicionales.
Es importante informarse sobre las rutas y condiciones del terreno, especialmente si se practica senderismo en zonas de difícil acceso, por lo que nunca está de más contar con el equipo adecuado, como calzado resistente, agua potable y protector solar.
Practicar ecoturismo es disfrutar del entorno y contribuir a la conservación de estos espacios al ser una alternativa responsable y enriquecedora para quienes buscan vivir experiencias únicas en contacto con la naturaleza, apoyando la sostenibilidad y el bienestar de las comunidades locales. Sin duda, cada rincón del estado tiene algo especial que ofrecer a quienes buscan un turismo más consciente y respetuoso; por ello, a medida que más personas se suman a esta práctica, las diferentes regiones del estado se convertirán en destino de referencia nacional, gracias a sus recursos naturales y culturales.