El deterioro de las expectativas inflacionarias en México

  • Columna de Alejandro Gómez Tamez
  • Alejandro Gómez Tamez

León /

Nadie puede decirse sorprendido después de que la Junta de Gobierno del Banco de México comunicara, el pasado jueves 29, que decidió por unanimidad nuevamente aumentar su tasa de interés objetivo en 0.75 puntos porcentuales, para ubicarla en 9.25%. Con esto se alcanza el nivel más alto para esta tasa de interés desde que fue instrumentada.

Es pertinente recordar que el Banxico instrumenta la política monetaria a través de una tasa objetivo para las operaciones de fondeo bancario a plazo de un día. A partir del 21 de enero de 2008 este objetivo operacional sustituyó al régimen de saldos diarios (coloquialmente conocido como el «corto»).

Regresando al tema, la justificación que dio el banco central para esta decisión de subir la tasa a 9.25% se centró en la valoración de los siguientes seis elementos:

1. La magnitud y diversidad de los choques que han afectado a la inflación y sus determinantes,

2. El deterioro de las expectativas inflacionarias de mediano y largo plazos, así como el proceso de formación de precios,

3. Los mayores retos para la conducción de la política monetaria ante el apretamiento de las condiciones financieras globales,

4. El entorno de acentuada incertidumbre,

5. Las presiones inflacionarias acumuladas de la pandemia y del conflicto geopolítico, y

6. La posibilidad de mayores afectaciones a la inflación.

En pocas palabras, Banxico está previendo que el escenario inflacionario se complicará aún más en lo que resta de 2022 y en 2023, por lo que demuestra nuevamente su autonomía y deja en claro (como en los últimos 28 años), que no le importa llevar al país a una recesión económica si es lo que se requiere para regresar a la inflación a un nivel dentro de su objetivo de 3% anual con un margen de +/- un punto porcentual. En este sentido es una postura similar a la de Jerome Powell de la FED de Estados Unidos, quien ha manifestado explícitamente que la prioridad es contener la inflación, aunque esto implique tasas de interés elevadas por más tiempo y se ocasione una recesión.

¿Qué tanto más pueden subir las tasas de interés en México? En GAEAP calculamos la tasa de interés implícita con los resultados de la subasta de Cetes del martes 27 de septiembre y encontramos que el mercado está esperando que la tasa de interés de los Cetes a 28 días se ubique en 10.92% dentro de 6 meses y que se ubique en 10.86% dentro de un año. Si esta expectativa se cumple, implica que la tasa objetivo del Banxico aún puede aumentar 1.75 puntos porcentuales más, antes de iniciar un lento descenso.

Es interesante ver que en el comunicado de prensa emitido por el Banxico para informar de la decisión de política monetaria, se hace mención a que las tasas de inflación anual, general y subyacente, observadas en la primera quincena de septiembre de 8.76% y 8.27% respectivamente, son producto de presiones inflacionarias acumuladas derivadas de la pandemia y del conflicto bélico. Desde mi punto de vista, este argumento es parcial y anticuado en la discusión internacional seria respecto de las causas del problema inflacionario, mismo que se debe al exceso de liquidez inyectada por los principales bancos centrales del mundo después de la crisis financiera de 2008, y que fue exacerbado exponencialmente por la crisis económica causada por las decisiones gubernamentales por la pandemia causada por el virus chino del covid-19.

Desde luego que la inflación mundial ha tenido una repercusión importante en México, lo cual queda clara al ponderar que nuestras importaciones representan el 40% de nuestro Producto Interno Bruto (PIB). Era de esperarse que conforme en Estados Unidos, y otros países, se trasladaba la inflación de commodities y activos a inflación de precios de bienes de consumo, eso eventualmente iba a llegar a México para presionar aún más la escalada de precios que ya estábamos viviendo desde el 2021.

Otro aspecto que se destaca de lo comunicado por el Banxico es que reconocen que las expectativas inflacionarias por parte de analistas, correspondientes a los años 2022 y 2023, volvieron a incrementarse. Este es un punto importante y en este espacio hemos hecho reiteradas alusiones a las profecías autorrealizadas. Si la mayoría de las personas piensan que en 2023 la inflación será de 5% (por ejemplo), pues tomarán decisiones que provocarán que la inflación acabe siendo cercana a ese nivel.

Podemos mencionar que el problema inflacionario seguirá y es posible que se agrave en el corto plazo, tanto en el ámbito internacional como en el nacional. En México el Banco de México está haciendo su trabajo, hemos visto una política monetaria cada vez más restrictiva, a la cual SE LE DEBE DAR ESPACIO PARA ACTUAR. Hay una autonomía del Banxico y en ese sentido se le debe permitir actuar sin distorsiones en los mercados de bienes y servicios. Lo importante es frenar el deterioro de las expectativas inflacionarias, ahí está el gran reto.

alejandro@gaeap.com

@alejandrogomezt

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