La culpa es de quien la trabaja… se trata de responsabilidad

  • Columna de Alejandro González
  • Alejandro González

Ciudad de México /

Hoy que se abren oficialmente varios sectores para que puedan volver a trabajar, lo que traerá movilidad de personas y dinero, bien vale la pena detenernos a pensar si el confinamiento casi total fue una buena idea o no.

Estamos en muy buen momento, amigo lector, para analizar el proceso porque es probable que más adelante, si aumentan los contagios considerablemente, el gobierno tenga la culposa tentación de regresarnos al encierro.

En otros países llegaron a decretar un encierro total en el momento que los contagios rebasaron a los sistemas de salud pública. La falta de personal, camas y respiradores disparó la cantidad de muertes, entonces los gobiernos intentaron detener la propagación del virus, conteniendo a la gente en sus casas.

La medida se tomó principalmente, porque al no tener servicios médicos disponibles para todos, la culpa de cada nuevo fallecimiento era sin duda del gobierno.

Cuando la gente cantaba en los balcones de Italia, en México apenas se analizaba una estrategia a seguir, se pusieron filtros en los aeropuertos y se buscó abastecer a los hospitales.

Cuando ya nos encerraron y teníamos algunas defunciones a causa del covid-19, el miedo en la población creció y la pandemia se tomó más en serio. En México nos encerraron para evitar que la población muriera por falta de atención médica, el gobierno lo hizo para evitar la culpa, no las muertes, porque el riesgo sigue siendo el mismo, pero ya vamos a salir a la calle.

A mediados de semana, un buen amigo comentaba sobre una discusión académica en la que participó y como se trata del gremio de la salud, de la salud mental en especial, me pareció muy interesante el punto de vista.

En suma discutían sobre el costo-beneficios que arrojaba el confinamiento, considerando el proceso y la información de la epidemia, donde está claro que la posibilidad de morir por este coronavirus es muy baja y donde, está claro también, la mayoría de los ciudadanos no presentan síntomas cuando se contagian.

Obviamente la discusión se encaminaba hacia decir que el encierro no había sido una buena idea: pocos muertos no lo justifican.

En ese momento yo pensaba sobre el aspecto moral, ¿no se supondría que salvar una vida valdría todo el esfuerzo del encierro?, ¿cuánto vale una vida?

Está claro que las muertes son una estadística en un análisis, el aspecto moral no se considera jamás.

Y sin embargo, en la discusión académica mi amigo apunta en ese sentido: el problema no es el riesgo, se trata de la culpa, que por tu culpa muera tu padre o tu madre, no cargar culpa se debe valorar en el encierro, dijo.

Y sin duda, estimado lector, tienen razón. Cargar o no la culpa es importante.

Cuando el gobierno nos encerró, los ciudadanos que no seguían las indicaciones eran culpables de propagar el virus, igual que los alcaldes rebeldes.

Pero luego el gobierno del estado violó la “sana distancia” al recortar los horarios de camiones (para que los empresarios no gastaran en viajes con 10 pasajeros, como según trascendió). Entonces el gobierno arrebató la culpa del repunte de contagios.

Ayer el gobernador dio un mensaje por redes sociales para trasladar la culpa a los ciudadanos que no sigan las normas. El gobierno es quien abre y cierra los sectores cuando el virus está en las calles, ¿por qué entonces hoy la culpa de las futuras defunciones sería del ciudadano?

Cuando tomas las riendas de un problema, tomas con ello la responsabilidad. El riesgo en las calles es el mismo desde hace meses, pero hoy ya pueden salir muchos a trabajar.

¿La culpa de lo que venga será del que abre la puerta o del que sale? El gobierno debe seguir estrategias para superar la pandemia, no puede abrir y cerrar la puerta como cerró horarios de camiones a conveniencia de intereses empresariales. En sus manos está la vida de los regiomontanos y es un deber.

Si el gobierno abandona hoy su responsabilidad de defender la vida de la población, bien podríamos pensar que el encierro fue inútil… o usted, ¿qué opina? 


alejandro.gonzalez@milenio.com

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