Este fin de año es magnífico para planear, pensar y repensar lo que se quiere para el 2026.
Es el momento ideal para reflexionar sobre el emprendimiento que tienes entre manos: tu negocio, tus ingresos, cómo vas a invertir —mucho o poco— el dinero que tienes y cuál será tu meta de ventas para el próximo año.
Pero esto es solo una parte de los pilares de la vida.
También deben considerarse los objetivos personales, aquellos que definen en qué nos queremos convertir a partir del 2 de enero.
Querido lector, ¿qué no estás haciendo que te gusta mucho? Aquello que has dejado de lado por estar “ocupado estando ocupado”.
De igual forma, deben planearse los cuidados personales: esa cirugía que has postergado, los estudios clínicos que no te has atrevido a realizarte, el check up semestral que siempre se queda pendiente.
La salud no se improvisa, se agenda.
En temas de desarrollo personal, es fundamental establecer objetivos claros sobre cómo vas a crecer en conocimientos.
Ese posgrado que has querido cursar pero sigues postergando, el diplomado, el curso o el congreso al que sabes que deberías asistir.
Todo esto también se planea y, sobre todo, se ejecuta.
El pilar de la familia merece una atención especial. ¿Qué vas a hacer para fortalecer las relaciones familiares al más alto nivel?
Piensa en esas amistades que aprecias mucho y que no has llamado, visitado o invitado a comer.
El objetivo debe ser claro: procurarlas periódicamente durante el año.
¿Qué experiencias les darás a tus hijos? ¿Cómo aumentarás tu círculo de influencia rodeándote de personas que te aporten valor y que ya estén donde tú quieres estar?
Después vienen los proyectos nuevos. Inclúyelos claramente en tu planeación anual. Pueden ser proyectos de negocio, pero también personales.
Recuerda que las personas vivimos de los proyectos: nos mantienen vivos, nos dan un porqué y un para qué.
Por eso es tan importante planear y tener siempre proyectos por delante que nos hagan levantarnos a las 5 de la mañana.
Querido lector, te invito a no pasar un año más siendo víctima de las circunstancias. Genera tus propias circunstancias y la suerte llegará por añadidura.
Las cosas empezarán a darse como tú quieres.
Eso sí: mantente atento a todo lo que ocurre, anota tus objetivos y ve palomeando cada avance, todos los días.
¡Feliz Año Nuevo!