¿A quién iremos?

  • En Corto
  • Alejandro Maldonado

Edomex /

La historia de la humanidad nunca ha sido sencilla. Guerras, hambres, enfermedades, epidemias, gobiernos tiranos, criminalidad, desempleo, maldad, perversidad, crisis familiares, adicciones; nada de esto es nuevo. Sin embargo, en la actualidad existe una especie de sensación generalizada de que el mundo está cada vez peor.

Es probable que el acceso masivo y casi permanente a dispositivos electrónicos y la sobreinformación que recibimos, contribuya a ese sentimiento. También las redes sociales y la necesidad de reconocimiento y aceptación empeoran el escenario. Pero sobre todo estamos nosotros mismos. Cada uno de nosotros está mal. No necesitamos ir más lejos para darnos cuenta de que realmente necesitamos ayuda en lo individual: Culpas, secretos, experiencias que duelen o avergüenzan; cosas con las que se lidian y que nadie conoce..., salvo Dios mismo.

En el momento de una grave crisis, el apóstol Pedro le dijo a Jesús: “Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna”, Juan 6:68. Moisés por su parte escribió: “Señor, tú nos has sido refugio de generación en generación. Antes que naciesen los montes y formases la tierra y el mundo, desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios. Vuelves al hombre hasta ser quebrantado, y dices: Convertíos, hijos de los hombres”, Salmo 90:1-3.

Desconozco por lo que estés atravesando. Pero lo que sí sé es que Dios no es indiferente a tu condición y te ama. Quizá pienses que después de todo lo que has vivido, hecho, dicho y pensado, Dios no puede amarte, pero la verdad divina es que él te ama sabiendo quién eres verdaderamente, y desea rescatarte.

Dios solo espera que como en su momento lo hizo Pedro, Moisés y tantos otros, nos volvamos a él, reconociendo que no podemos con nosotros mismos y que le necesitamos con urgencia.

Jesús sigue perdonando, salvando, restaurando, liberando. Fue por ti y por mí que entregó su vida en la cruz. Acude a él tal como estás. Agradécele que con su sacrificio halla pagado por todos y cada uno de tus pecados: apropia su perdón, y pídele que venga a morar a tu corazón y te salve.

El cristianismo no es religión, prosperidad, o ausencia de problemas, perdidas o dificultades. El cristianismo se trata de Cristo haciendo su obra en cada uno de nosotros a pesar de todo. Es Cristo en ti.


Más opiniones
MÁS DEL AUTOR

LAS MÁS VISTAS

¿Ya tienes cuenta? Inicia sesión aquí.

Crea tu cuenta ¡GRATIS! para seguir leyendo

No te cuesta nada, únete al periodismo con carácter.

Hola, todavía no has validado tu correo electrónico

Para continuar leyendo da click en continuar.