En 1991 Ramón Luis Ayala Rodríguez, “Daddy Yankee”, acuñó la palabra reguetón. En el 2006 la revista “Time” lo nombró como una de las 100 personas más influyentes del mundo. En el 2009 la cadena de noticias CNN lo designó como uno de los hispanos más importantes e influyentes del orbe. En 2017 lanzó junto con Luis Fonsi la canción “Despacito”, y para junio de ese mismo año se convirtió en el artista más escuchado a nivel mundial en “Spotify”. Su composición “Gasolina” fue colocada por la revista “Rolling Stone” en el lugar 50 dentro de las 500 mejores canciones de todos los tiempos.
Hasta marzo de 2022, había ganado 184 premios internacionales. Pero el lunes de esta semana, en su último concierto de su carrera, en su natal Puerto Rico, el artista visiblemente conmovido dijo: “Familia, este día es para mí el más importante de mi vida. No es lo mismo vivir una vida de éxito, que una vida con propósito. Por mucho tiempo intenté llenar un vacío en mi vida que nada pudo llenar. En ocasiones aparentaba estar bien feliz, pero faltaba algo. Y alguien pudo llenar ese vacío que sentí por mucho tiempo. Me pude dar cuenta que para todos yo era alguien, pero yo no era nada sin Él. Pude recorrer el mundo durante años, ganar muchos premios, aplausos y elogios, pero me di cuenta de algo que dice la Biblia: ¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero, si pierde su alma? Por eso, esta noche, reconozco y no me avergüenzo de decirle al mundo entero que Jesús vive en mí y que yo viviré para Él. Espero que se les grabe algo bien importante: No sigan a ningún hombre. Sigan a Jesucristo. Él es el camino y la verdad y la vida. ¡Dios los bendiga! ¡Cristo los ama, y Cristo viene! ¡No lo olviden!”.
De esta manera, “El rey del reguetón”, expresó su rendición al “Rey de reyes, y Señor de señores”: Jesucristo (Apocalipsis 19.16).
Finalmente “Daddy Yankee” alzó los ojos al cielo y elevó la siguiente oración: “Jesús, como tú me permitiste recorrer el mundo; en tu misericordia Padre, te pido que me permitas evangelizar al mundo desde Puerto Rico. Amén”.
Jesús vive. Solo Él puede salvarte y transformar tu vida. En la cruz pagó el precio de tu rescate. Ven a Él tal como estás y pídele que te perdone y venga a morar a tu corazón. Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo.