Es ciencia

  • En Corto
  • Alejandro Maldonado

Edomex /

La teoría de la probabilidad es una rama de las matemáticas que nos ayuda a cuantificar la incertidumbre en un mundo impredecible. Nos permite modelar el azar de manera rigurosa, tomar decisiones informadas y evitar errores intuitivos. Se aplica en campos como el clima, las finanzas o la salud, y también se ha usado en temas teológicos, como el análisis de profecías bíblicas.

En la apologética cristiana, eruditos estiman que Jesús cumplió entre 200 y más de 400 profecías del Antiguo Testamento relacionadas con el Mesías (cifras varían según autores como J. Barton Payne o Alfred Edersheim, con listas comunes de alrededor de 300-351).

El matemático Peter Stoner, en su libro Science Speaks, calculó la probabilidad de que una sola persona cumpliera por azar solo 8 profecías específicas -como nacer en Belén (Miqueas 5:2), ser traicionado por un amigo (Salmo 41:9), por 30 piezas de plata (Zacarías 11:12), entrar en Jerusalén en un asno (Zacarías 9:9), que el dinero se usara para comprar un campo de alfarero (Zacarías 11:13) y ser traspasado (Zacarías 12:10 y Salmo 22:16).

Stoner estimó esta probabilidad en 1 en 10¹⁷ (1 seguido de 17 ceros). Para ilustrarlo, imaginaba cubrir el estado de Texas con monedas de plata hasta una profundidad de unos 60 cm (dos pies), marcar una sola y mezclarlas todas. Esa sería la probabilidad de que una persona con los ojos vendados encuentre la marcada al primer intento.

Para 48 profecías, la probabilidad asciende a 1 en 10¹⁵⁷, un número prácticamente imposible. Estos cálculos, junto con los milagros realizados por Jesús (como multiplicar panes y peces, sanar enfermos, caminar sobre el agua, calmar tormentas, resucitar muertos y liberar endemoniados), son claras evidencias de que Jesús es el Mesías prometido y Dios encarnado, con autoridad sobre todo lo creado, visible e invisible.

Albert Einstein dijo que "Dios no juega a los dados con el universo", y mucho menos lo hace con tu alma y vida eterna. Jesús tomó sobre sí mismo nuestros pecados en la cruz, para otorgarnos perdón y reconciliación con Dios. Él ofrece certeza absoluta para esta vida y la venidera al creer en Él y recibirle como Señor y Salvador: “El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida”. (1 Juan 5:12). Clama a Él y verás.


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