Estacionarse en el Centro

Hidalgo /

Siempre ha sido una monserga estacionarse en el Centro. No importa la ciudad, el Centro siempre tiende al caos. Hace algunos años, Pachuca adquirió cierto orden con los parquímetros. De no haber sido por lo, digamos, “mal ejecutado” del proyecto, hubiera servido también para educar al ciudadano respecto a lo “público” en el concepto “vía pública”, y con suerte esa idea se hubiese expandido del Centro a la periferia, y entonces tal vez ahora tendríamos una ciudad en la que nadie se adueña de banquetas, parques y lugares de estacionamiento,por decir algo.

El caso es que ayer, cansado de dar vueltas por el centro de Pachuca buscando un espacio, y cansado de pagar todos los días 30 pesos en un estacionamiento privado que me da un boleto que en su parte trasera dice que no se hace responsable por robo total o parcial o daños a mi vehículo, y frustrado al ver que un negocio sobre la calle Moctezuma coloca postes hechizos de No Estacionarse en la vía pública frente a su fachada, llamé, a eso de las 2 de la tarde, a la línea de atención ciudadana de la presidencia municipal para que me informaran sobre si aquello está permitido, y si no, para que me canalizaran a la instancia correspondiente para poner una queja o denuncia.

La respuesta de la persona que me atendió me dejó francamente atónito. Me dijo, en un tono entre molesto y cansino (que me hizo pensar en dos cosas: o en el “al fin yo ya me voy” o en la imagen de una oficina poniendo al día el trabajo atrasado de años), que algunos negocios tienen permiso para hacer eso.

Le comenté que el negocio en cuestión no tiene entrada a cochera ni zona de carga y descarga, y me respondió que no importa, que para averiguar si tenía permiso, debía preguntarle al juez de barrio correspondiente. Le dije que me sonaba raro que alguien pudiera, así, sin más y sin razón, acaparar la vía pública, y que debía estar prohibido en algún reglamento. Su respuesta fue la cereza del pastel: sorpresivamente me dijo que ahí, nadie respeta reglamentos o leyes. Obvio me indigné y obvio ella se dio cuenta que había cometido un error al decirme eso, pues al pedirle su nombre se negó a dármelo.

Después de recordarle que es una funcionaria pública y debía identificarse, me lo dijo. Luego de colgar, fui al negocio a preguntar amablemente cómo habían hecho el trámite para apartar todos esos espacios de estacionamiento, y poder entonces hacerlo yo cuando abra mi local. Me dejaron presencialmente en visto.

La verdad es que el Reglamento de Tránsito y Vialidad es ambiguo al respecto. El artículo 25 habla sobre empresas y sus flotillas de vehículos, y el 26.V prohíbe colocar objetos o materiales en los espacios de estacionamiento en la vía pública, pero se trata de un artículo sobre aparcar donde hay parquímetros, y bueno, acá ya no tenemos de esos… Una monserga, también.

Espero que, ya que pase la turbulencia del cambio de administración, los nuevos titulares, siguiendo la promesa de modernización de la ciudad por la que votamos, pongan un poco de orden. Espero que recuerden que una ciudad “moderna” no es solo una ciudad tecnologizada, sino una en la que se observan las ideas del espacio público y el bien común. Suerte.


  • Alfonso Valencia
  • @eljalf
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