Un problema al que debería enfrentarse la nueva Legislatura es el de la necesaria regulación de los casinos en línea, sobre todo de su publicidad y de los mecanismos mediante los cuales logran patrocinios de influencers que tienen mucho poder para incidir en las decisiones de jóvenes y personas con tendencia a las adicciones.
De un tiempo para acá, la promoción de apuestas deportivas lo ha inundado todo: desde la publicidad en uniformes de equipos, nombres de estadios, redes sociales e incluso espacios de análisis “estadístico profesional” en canales de televisión de paga; y esto sin contar, claro, los grupos de inversiones por apuestas deportivas y consejeros que pululan en redes sociales y que no son más que elegantes dispositivos de estafa.
Desconozco cómo operen las colaboraciones entre influencers y casinos en México, que generalmente ofrecen códigos intercambiables por dinero virtual para jugar online. Pero, recientemente, el influencer argentino Agustín Natoli, inversor y analista con 470 mil seguidores en Instagram, hizo público un correo que recibió de un conocido casino, invitándolo a “colaborar” con ellos. Aquí un fragmento que revela el por qué cada vez hay más publicidad segmentada y directa ejercida por influencers: “Recibes la mitad de todos los ingresos que se obtengan de tus jugadores, de por vida. En la práctica, un jugador puede perder 100 dólares de una vez, por lo que tus ingresos pueden ser ilimitados. Por ejemplo, sólo de ese jugador recibirás 50 dólares”.
El problema es que la idea de ganar que se ofrece como única opción en la publicidad, la virtualization del dinero que hace que no se dimensionen las pérdidas, pero sobre todo el impulso desde perfiles que influyen mucho en adolescentes, ha generado que personas cada vez más jóvenes se involucren en prácticas de apuestas. Supongo que es algo que requerirá atención y vigilancia más estricta por parte del Estado, más allá de las actuales e ineficaces campañas contra la ludopatía que aparecen por ley, en las letras microscópicas, al final de las publicidades.