Cuando todos pensábamos que la WTA gozaba de salud financiera ante el lugar preponderante que tiene el tenis femenil en el mundo, nos enteramos que es todo lo contrario.
La WTA, el circuito de tenis femenil al que pertenece el Abierto GNP Seguros, el Guadalajara Open, el Abierto Tampico y algunos otros torneos mexicanos, se encuentra en una difícil situación económica ante la cual muchos vislumbran que se declarará en bancarrota en uno o dos años más si no toman pronto una decisión.
El vicepresidente de la Federación de Tenis de Kazajistán, que se ha visto envuelta en discusiones con la WTA por defender a su estrella Elena Rybakina, reveló que el circuito envió un comunicado a estos organismos donde los ponen al tanto del colapso que se está viviendo y que si nada cambia para el 2026 a más tardar, se declararía en quiebra.
Pero, ¿cómo se ha llegado a esta situación? Sobre todo que muchos tenemos la idea de que el tenis femenil es uno de los deportes mejor pagados, incluso las deportistas con mejores ganancias en el mundo son tenistas.
Aunque el tenis femenil y sus jugadoras son las que más ganan, su organismo tiene muchos problemas estructurales a nivel financiero y uno de los señalamientos principales de los involucrados es la ineficacia en la gestión de la WTA que se ha mostrado incapaz de hacer viable económicamente el atractivo que tienen en todo el mundo sus torneos.
Otro hecho que pegó en sus finanzas fue el veto que impusieron a China por el caso de Shuai Peng y la falta de garantía en los derechos humanos hacia la jugadora, quien denunció haber sufrido abuso sexual de parte de un político de su país.
La WTA dejó de tener ingresos millonarios, pues China era el país que más eventos tenía en una temporada, con nueve, contando el WTA Finals que repartía 14 millones de dólares, la máxima bolsa repartida en el tenis general.
Aunque el veto ya terminó, pegó y mucho económicamente en el organismo y las arcas de la WTA no han logrado recuperarse de este impacto negativo.
Por otro lado, según el reporte que envió la WTA a las federaciones, no se venden las entradas que se esperaba en los torneos femeniles, cada vez menos ciudades se presentan candidatas para albergar torneos, los derechos televisivos se comercializan a la baja por la falta de interés.
El único camino que ven los que le saben a las finanzas deportivas es una fusión con la ATP, que ya se ha manejado en distintos momentos, pero que ahora es la única tabla de salvación que tiene la WTA.
De hecho, esta fusión ya está en camino, pues cada vez más torneos se hacen en conjunto, algo similar a los cuatro Grand Slams, que ya tienen muchos años que cuentan con cuadros tanto varoniles como femeniles.
Pero mientras que para la WTA es una cuestión de supervivencia, para la ATP es totalmente diferente, pues sus finanzas están más que sanas.
Muchos ven con buenos ojos está fusión porque ven que los torneos combinados son un éxito deportivo, pero la ATP está estudiando la viabilidad desde el punto de vista financiero, ya que no están dispuestos a subsidiar a la WTA y todos sus problemas económicos.