Con la ausencia del Big Three parecía que el tenis había encontrado en Carlos Alcaraz la imagen que necesitaba para seguir emocionándonos, pero…
Cuando los ídolos se van, siempre volteamos a todos lados buscando quién lo sustituirá, en el tenis teníamos a Federer y Nadal en una misma época, nos queda Djokovic, pero con sus actitudes está muy lejos de ser el jugador mediático que el tenis necesita, pese a sus insuperables números.
La figura del español Alcaraz, con apenas 19 años y ganando torneos, pero sobre todo demostrando en la cancha ese carisma que debe de tener un ídolo, nos ilusionó.
Sin embargo, todo ha cambiado a últimas fechas y quizá resulte un poco atrevido asegurar que Alcaraz atraviesa por una crisis en comparación con lo que ha conseguido ya en el 2023, con una colección de títulos gracias a sus triunfos en Buenos Aires, Indian Wells, Barcelona, Madrid y, por supuesto, en Wimbledon, donde se coronó sobre la hierba tras un épico partido con Novak Djokovic.
A la par de los malos resultados que ha tenido, pues perdió en semifinales en Pekín y en cuartos de final del Masters 1000 de Shanghái, su actitud en la cancha ha dejado de manifiesto que el estrés le está ganando la batalla.
Y es que contrario a la imagen de un Alcaraz sonriente, atendiendo las entrevistas y siempre cordial, que es la mejor forma de seguir vendiendo el deporte blanco en el mundo y mantenerlo como uno de los más populares en todos los países, ahora su actitud es otra.
Uno de los que más elogiaba esa actitud de Alcaraz es Mats Wilander. El sueco, ex número uno del mundo y actual comentarista en Eurosport, aprovechó los partidos de Roland Garros para destacar la sonrisa de un Alcaraz que disfrutaba con el tenis.
Sin embargo, desde entonces, algo parece haber cambiado en el tenista español. Y el mundo del tenis se ha dado cuenta de ello. De hecho, ha sido el propio Wilander el primero en señalar la transformación de Alcaraz y ese cambio de actitud que se ha visto desde que el tenista español se impusiera a Djokovic en la hierba del All England Club.
“Ha perdido esa alegría desde que ganó en Wimbledon. Se le ve mucho más tenso jugando. Una de las virtudes de Alcaraz es cómo se divierte en la cancha y sonríe incluso en momentos complicados”, ha explicado Wilander.
Alcaraz ha sumado 61 triunfos y solo 8 derrotas en lo que va de año, un récord nada despreciable, sin embargo, en los últimos torneos ese balance no parece ser suficiente para ver la versión más liberada del ibérico, que lleva sin levantar un trofeo desde Wimbledon en julio.
Una sequía que parece haber tensado más de lo que nos tenía acostumbrados. Hasta ahora se había visto a un tenista que era tomado como ejemplo por su actitud por otros jugadores, como es el caso de Stefanos Tsitsipas, quien reconoció había cambiado su forma de ver el tenis por culpa de Alcaraz.
“El hecho de que sea tan competitivo y de que tenga siempre una sonrisa en la cara, que tenga tanto carisma y que desprenda tanta energía positiva, ha contribuido mucho a su crecimiento como jugador”, dijo el griego.
Ahora le toca recuperar esa característica para seguir dando pasos en una carrera meteórica y que nos hará encontrar al nuevo ídolo que el tenis necesita.