Lo más difícil de terminar una relación tóxica es la relación que viene después.
Y el primer punto que me gustaría abordar es que no todas tenemos una relación posterior, muchas veces esa relación "tóxica" es el final de nuestras vidas.
El segundo punto es reafirmar que la relación posterior es difícil, pero no lo más doloroso.
El proceso de separación lastima, el lazo que construyó nuestro agresor mediante diferentes mecanismos generó una dependencia emocional intensa.
Es cierto que empezar una conexión romántica posterior está llena de retos, como desaprender costumbres, establecer límites (que antes ni imaginábamos hacerlo) y estar en un constante estado de alerta.
Eso no es del todo malo, lo requerimos para nuestro autocuidado, siempre debemos buscar nuestra seguridad y bienestar, incluso si esto representa alejarnos de personas que creemos nos aman, pero nos lastiman.
En mi vivencia, la relación posterior a la violencia fue construida en arenas movedizas, muchas veces requerí de espacio, otras de compañía, viví un proceso de redescubrimiento en el que el aprendizaje era algo constante.
Hubo ocasiones que hasta una frase detonaba un recuerdo, una experiencia negativa y mis reacciones fueron (o siguen siendo) algo abruptas.
Normalmente no hablamos de cómo salimos de la relación violenta ni sus secuelas, y éstas pueden seguir manifestándose después de mucho tiempo.
Han pasado más de 4 años, y aún hay momentos en que dudo que algún día se vayan por completo.
Pero si de algo estoy segura es que esa experiencia no fue grata, pero sí estuvo colmada de aprendizaje, me sorprende la versión que soy actualmente, aunque jamás diré que fue “gracias” a esa relación.
Al contrario, a pesar de ésta pude encontrar mi estabilidad y reconocerme a mí, mis necesidades y límites necesarios para mi óptimo desarrollo, además de mi crecimiento.
Las relaciones tóxicas están llenas de violencia y pueden destruirnos, el salir de ellas es duro, pero vales lo suficiente y más para luchar por tu integridad.
Si pasas por esto, tranquila... conócete, amate y cuídate, la calma llega.