En el Edomex la tenencia vehicular es un símbolo de resistencia fiscal. Mientras 17 entidades federativas ya eliminaron este gravamen, en territorio mexiquense no sólo se mantiene, sino que se fortalecerá el año entrante con la entrada en vigor del programa obligatorio Hoy No Circula en la zona metropolitana del Valle de Toluca y Santiago Tianguistenco. De acuerdo con la Secretaría de Finanzas, este impuesto representa 11 mil millones de pesos, que dejarían de ingresar a las arcas estatales si se eliminara, dinero que de acuerdo con la dependencia, es destinado a programas sociales.
El razonamiento oficial es claro: sin tenencia se perdería la segunda fuente de ingresos vital para el Estado. No obstante, surge la pregunta sobre si la justicia fiscal debe medirse únicamente en términos de recaudación. La tenencia nació como un impuesto temporal y terminó siendo permanente; su carácter regresivo castiga a quienes poseen un vehículo, sin importar que ya paguen otros gravámenes como el de nómina. Además, en un contexto donde otras entidades han demostrado que es posible sustituirlo con otras alternativas fiscales, el Edomex parece aferrarse a un esquema que muchos consideran obsoleto.
La coincidencia de mantener la tenencia, y aplicar el Hoy No Circula obligatorio en nuevas zonas metropolitanas, es un doble golpe al bolsillo y a la movilidad de los mexiquenses. Por un lado se les exige pagar un impuesto que en gran parte del país ya no existe; por otro, se les restringe el uso de su vehículo bajo el argumento ambiental. La contradicción es evidente: se cobra por tener un automóvil, pero al mismo tiempo se limita su circulación. En tiempos de austeridad sería un gran regalo que el Edomex se sumara a la tendencia nacional y demostrara que es capaz de modernizar su política fiscal, diversificando ingresos en rubros más equitativos y menos regresivos, sin cargar de manera desproporcionada a un sector...
Rastreando
El trabajo y consensos que lleva a cabo la Junta de Coordinación Política de la LXII Legislatura del Estado de México, que encabeza el diputado Francisco Vázquez, para rescatar al Issemym, representan un avance en este delicado asunto, pues recientemente se logró negociar que no se incremente la edad de jubilación.
Este acuerdo refleja sensibilidad política hacia los derechos de los trabajadores y la necesidad de fortalecer las finanzas del instituto sin afectar a quienes han dedicado su vida al servicio público. Es un paso que combina responsabilidad social con compromiso político, en la búsqueda de preservar la estabilidad del sistema y la confianza de sus beneficiarios
Hasta ahora los informes de primer año de los alcaldes del Edomex han dejado más sombras que luces; lejos de rendir cuentas claras sobre avances tangibles en seguridad, servicios públicos o desarrollo urbano, entre otros rubros, la mayoría se ha limitado a organizar actos de lucimiento personal, con discursos apoteóticos y cifras poco verificables. Pocos alcaldes registran resultados reales y, preocupa que, tras un año en funciones, hay poco que presumir y mucho que explicar: calles deterioradas, inseguridad persistente y una ciudadanía cada vez más escéptica.