El compromiso colectivo de las y los senadores de las LXIV y LXV Legislaturas (2018- 2024) es irrebatible: 72 por ciento de los asuntos legislativos fueron aprobados por unanimidad, es decir, siete de cada 10 reformas presentadas en temas prioritarios como la educación, la salud, los derechos de las mujeres, entre otros, fueron consensuadas y votadas por todos los grupos parlamentarios.
Como lo expresé en mi último discurso en el pleno del Senado, durante ambas legislaturas aprobamos 39 reformas constitucionales, 47 leyes de nueva creación, 877 reformas a diversas leyes, reglamentos o códigos, 122 nombramientos de personal diplomático; en resumen, resolvimos mil 166 asuntos.
Además, fue un orgullo formar parte de la legislatura de la paridad de género y construir consensos alrededor del bienestar de las mujeres; un ejemplo de ello fue la aprobación para incluir el concepto de igualdad sustantiva entre hombres y mujeres en el artículo 1º de nuestra Constitución y así darle sustento constitucional a las consecuentes reformas legales de las distintas leyes generales y secundarias que conforman el marco jurídico de la República. Es decir, al establecer el principio jurídico de la igualdad sustantiva, no solo se avanza en la erradicación de la discriminación de las mujeres en todos los ámbitos de la vida social, sino que se obliga a todas las instituciones del Estado y a los tres poderes de la Unión a fomentar la igualdad real, no solo formal, entre hombres y mujeres. De este modo fue posible que en el Senado aprobáramos leyes por unanimidad en favor de las mujeres trabajadoras, indígenas, migrantes, madres solteras y de las niñas y adolescentes. Como mujeres legisladoras, imprimimos a nuestra labor una forma particular y empática, orientadas por una visión de justicia social para millones de mujeres que muchas veces fueron invisibilizadas por el Estado, la sociedad y por las mismas leyes que se supone debían protegerlas.
Otras reformas, igual de importantes, fueron incluir en la Constitución la obligación del Estado a otorgar los programas sociales, la inclusión de la revocación de mandato y la consulta popular, así como la que limita el fuero de la persona titular del Poder Ejecutivo.
También estas legislaturas se distinguieron por devolverle dignidad a las y los trabajadores que tantos años vieron castigados sus salarios y derechos laborales, por ello se legisló a favor de las vacaciones dignas, la regulación de la subcontratación, la cobertura de seguridad social para personas trabajadoras del hogar y el campo y una reforma histórica al sistema de pensiones que permitirá que el retiro sea una etapa más plena para todas y todos.
De las 47 leyes de nueva creación destaca la Ley General de Alimentación Adecuada y Sostenible que garantiza el derecho a una alimentación nutritiva, de calidad y suficiente que permita el desarrollo integral de todas las personas desde su niñez.
Indudablemente en estos seis años hemos avanzado, nos falta abrir camino, seguir construyendo, seguir abonando la tierra y sembrando las semillas de los sueños para que nuestro México sea un país de derechos plenos y universales, donde nadie se quede atrás, donde todos podamos vivir tranquilos y con dignidad.