La erradicación de la pobreza y un grupo de ingresos medios cada día más amplio en China

Ciudad de México /
La erradicación de la pobreza y el auge de la clase media en China

El crecimiento del grupo de ingresos medios (generalmente parecido a la clase media en contextos occidentales) en China constituye uno de los procesos sociales más significativos de las últimas décadas y un logro principal de los proyectos políticos del Partido Comunista de China (PCCh). A través de reformas económicas sostenidas desde 1978, con programas estructurales de erradicación de la pobreza y una visión de desarrollo basada en el bienestar colectivo, el país ha logrado sacar a cerca de 800 millones de personas de la pobreza y culminado la construcción integral de una sociedad modestamente acomodada. Este artículo analiza la expansión y composición del grupo de ingresos medios chino, sus implicaciones en el consumo, la recreación y la demanda cultural.

Aspiraciones sociales y prosperidad: una sociedad modestamente acomodada

Al analizar los fundamentos sociales, políticos y culturales que motivaron al Gobierno chino y a su Partido a consolidar una idea de desarrollo con equidad teniendo como centro el bienestar social, nos encontramos con conceptos y planteamientos como “sueño chino”, “gran revitalización de la nación china”, el ideal de “sociedad modestamente acomodada” y “socialismo con peculiaridades chinas”, los cuales han sido elementos centrales del proyecto político chino contemporáneo. Desde el XVIII Congreso Nacional del PCCh en 2012, el engrosar de manera constante el grupo de ingresos medios ha sido definido como uno de los objetivos para culminar la construcción integral de una sociedad modestamente acomodada. Este horizonte fue reafirmado en el Libro Blanco de 2021, donde se destacó que China cuenta con un grupo de ingresos medios de más de 400 millones de personas, que se ampliará aún más para el año 2035. Este planteamiento contrasta con la situación de Estados Unidos, donde el grupo de ingresos medios muestra una tendencia decreciente desde 1971.

Acceso a la recreación, cultura y bienestar social

En este sentido, como parte del proceso de completar una sociedad modestamente acomodada, China ha incrementado significativamente su infraestructura cultural y recreativa, expandiendo las oportunidades de acceso ciudadano al esparcimiento y al turismo. Por ejemplo, entre 1990 y 2019, el número de museos aumentó de 494 a 5.616. Para finales de 2024, se contabilizaron 7.046 museos, más del 91% con entrada gratuita, reforzando la política de democratización del acceso cultural. Estas transformaciones evidencian que se ha pasado de la satisfacción de necesidades básicas hacia el consumo de bienes culturales y recreativos, una aspiración coherente con la construcción de una sociedad próspera. Por otro lado, en el año 2019 la cantidad de turistas provenientes de China ascendió a 155 millones, teniendo como destino preferido el sudeste asiático seguido por Europa. De acuerdo con un estudio de CNBC el deseo de viajar al extranjero ha pasado del 28% al 52% entre los chinos que viajan por placer. Igualmente, las intenciones de viajar por negocios se han triplicado y también ha aumentado el interés por la educación, las visitas familiares y el turismo médico en el extranjero. Otras conclusiones coinciden, revelando que el 50% de los viajeros chinos tiene previsto realizar un viaje internacional en los próximos años.

Así mismo, de acuerdo con la Academia de Turismo de China, durante el 2024 el número de turistas provenientes del país asiático fue de 146 millones, una recuperación importante respecto a los niveles experimentados previos a la pandemia del COVID-19. De modo que encontramos en el logro de objetivos sociales en China la satisfacción de necesidades secundarias como parte de las aspiraciones legítimas de la población, en el marco de una filosofía que promueve el bien común sin descuidar los anhelos individuales. Esto, según lo planteado por Sicular, Yang y Gustafsson, es viable en economías en transición que han pasado de estructuras económicas estatales a economías más abiertas, preservando al mismo tiempo el rol preponderante de la inversión pública en servicios sociales, educación y programas estructurales de alivio a la pobreza. Sin duda, constituye un campo de estudio central para los países en vías de desarrollo y para otras economías en transición.

La transformación china: composición, desarrollo y demanda futura

Ahora bien, debemos realizar un breve recorrido para identificar las razones y estrategias que Beijing diseñó para lograr una gran movilidad social que le ha permitido sacar de la pobreza a cerca de 800 millones de personas según el informe presentado entre el Ministerio de Finanzas, el Centro de Desarrollo del Consejo de Estado de China y el Banco Mundial en 2022, partiendo de la puesta en marcha de medidas de transformación económica a lo largo de todo el proceso de consolidación de la República Popular China desde 1949, con especialísimo énfasis a partir de la reforma y la apertura iniciada en 1978 que le ha permitido al país contribuir con un 30% al crecimiento económico global.

De acuerdo con Guanghua, en el lapso que va de 1990 a 2005, este país contribuyó con un 93,2% a la reducción de la pobreza en el mundo, mientras el resto de las economías solo lo hizo con un 6.8%. En 2021, China anunció al mundo la erradicación definitiva de la pobreza extrema, aportando enormemente al cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible 2030, al representar un 70% de la reducción de esta realidad a nivel global. Este plan de alivio a la pobreza implicó la aplicación de políticas de atención especial y personalizada a las familias en su mayoría en zonas rurales, a partir de un despliegue masivo de funcionarios de gobierno y del PCCh a los territorios, teniendo como premisa el programa de las tres garantías relacionado con la seguridad de viviendas, asistencia médica básica y educación obligatoria y las dos seguridades (alimento y vestido), así como un intensivo desarrollo de las fuerzas productivas del entorno y construcción de infraestructura en los territorios que no necesitaron reubicación familiar. Al respecto, el Presidente Xi Jinping en 2021 dijo: “Esto significa que hemos dado una solución histórica al problema de la pobreza absoluta en China, y ahora avanzamos con paso firme hacia el objetivo de lucha fijado para el segundo centenario (para el año 2049): construir un gran país socialista moderno en todos los aspectos”.

Esta proeza ha tenido y tendrá grandes repercusiones para el aumento de la demanda nacional y global, trayendo consigo cambios de patrones de consumo de su población y oportunidades de intercambio comercial entre China y el resto de los países del mundo. Dicho lo anterior, debemos comentar que el grupo de ingresos medios chino se distingue por una composición etaria particular: mientras en países de renta alta predomina un segmento entre 20 y 45 años, en China este grupo se sitúa principalmente entre 45 y 65 años. Esta población prioriza el gasto en educación para sus hijos, servicios de salud y actividades recreativas. A ello se suma el impacto de la flexibilización de la política de un solo hijo, permitiendo dos hijos desde 2015 y tres desde 2021, lo que transforma los núcleos familiares y aumenta la demanda de bienes y servicios asociados a bienestar, vivienda y turismo. Según datos del Banco Mundial, la población china pasó de 660,33 millones en 1961 a 1.416 millones en 2025, convirtiéndose en uno de los mayores mercados del planeta.

La República Popular China se proyecta como el epicentro del crecimiento del grupo de ingresos medios mundial durante la próxima década. Se estima que incorporará cerca de 400 millones de personas adicionales a este sector, lo que implica que para 2030 tres cuartas partes del grupo de ingresos medios global residirá en economías emergentes. Este cambio redefine las oportunidades de intercambio comercial y hace a países como Venezuela a comprender la morfología demográfica y territorial de este grupo social para identificar áreas estratégicas de inserción económica.

Conclusión

El crecimiento del grupo de ingresos medios chino constituye uno de los fenómenos socioeconómicos más determinantes del siglo XXI. Sus implicaciones abarcan desde patrones de consumo y transformaciones familiares hasta la consolidación de un modelo de prosperidad que integra bienestar material, desarrollo cultural y acceso a la recreación. Comprender la naturaleza de este nuevo grupo de ingresos medios y sus aspiraciones es fundamental para que países como Venezuela identifiquen oportunidades estratégicas de inserción económica y comercial en el contexto de la creciente interdependencia global y se convierte en una referencia para que las economías en transición consoliden modelos legitimados en la movilidad social y la satisfacción de necesidades integrales como parte de las aspiraciones individuales y colectivas de la población.


  • Andreína Tarazón Bolívar
  • Presidenta del Centro de Altos Estudios del Desarrollo y las Economías Emergentes (CEDEES)
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