Nahui Olin

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  • Ángel Reyna

Laguna /

“Murió en la miseria, en la locura, en el olvido. Pero ha regresado joven de nuevo, otra vez desafiante”. Palabras de José Emilio Pacheco hace 16 años y que, aplicadas a la exposición Nahui Olin -La mirada infinita- están vigentes. 

 
María del Carmen Mondragón Valseca (1893 - 1978) bautizada por el Doctor Atl como Nahui Olin, es una imagen marginal, maldita, retadora... a todo. Vivió y murió intensamente, llegó a decir que “La vida no fue hecha para mí, soy una llama que se devora a sí misma”, se casó a los 20 años con quien sería el destacado pintor Manuel Rodríguez Lozano, auto declarado homosexual; vivió el exilio en España con su padre, el militar Manuel Mondragón, segundo de Victoriano Huerta en La Decena Trágica de 1913; fue amante de Gerardo Murillo, a quien celaba en extremo, luego vivió un intenso romance con Eugenio Agociano, marinero que no volvió a puerto y que ella esperó en vano, hacia 1934, en Veracruz, donde Germán Lizst la vio “deshecha, demente, sucia...”. 


Luego de ser una dama de la sociedad porfirista, educada en Europa, deambuló por la Alameda de la CdMx donde era conocida como “la vieja loca del saco de gatos”. Pero antes de todo eso fue una bellísima mujer que vivió con el Doctor Atl en el bandonado convento de la Merced, fue fotografiada desnuda por Antonio Garduño, posó para Diego Rivera y apareció sin ropa en periódicos de la época. Montó exposiciones en la azotea del edificio donde vivió, perteneció a una tendencia pictórica cercana al naif y escandalizó con sus múltiples amoríos. 

En 1992 Tomás Zurián rescató su memoria, y hoy, contrario a lo que pensaron algunos, ni el libro de Adriana Malvido, ni la estupenda exposición actual en el Museo Nacional de Arte de la Ciudad de México, ni la película de Gerardo Tort que se estrenará en unas semanas más... nada creará una manía favorable a Nahui Olin, ella fue una mujer y pintora cabalmente anti todo. Al terminar mi recorrido por la exposición espléndidamente curada por Mariano Meza, recordé que la investigadora Carmen Sáez escribió que Nahui Olin vivió en una casa insalubre rodeada de gatos y murmuraba que debía levantarse temprano porque tenía el deber de sacar el sol por la mañana y meterlo por la noche a una hora adecuada. 



lerdo.bonito@gmail.com

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