Actuar en el ámbito del agua significa actuar por la paz. Hoy esa acción es más necesaria que nunca.
Nuestro mundo está en aguas turbulentas. Se recrudecen los conflictos, prevalecen las desigualdades, proliferan la contaminación y la pérdida de biodiversidad y, mientras la humanidad sigue quemando combustibles fósiles, la crisis climática avanza con celeridad y fuerza mortífera y amenaza aún más la paz.
Nuestro planeta se está calentando: el nivel del mar va en aumento, los regímenes de lluvia cambian y los ríos pierden caudal. Estos fenómenos provocan sequías en algunas regiones e inundaciones y erosión costera en otras. Entretanto, la contaminación y el consumo excesivo ponen en peligro la disponibilidad de agua dulce, limpia y accesible, de la que dependen todas las formas de vida. La disminución de los suministros puede agravar la competencia y avivar las tensiones entre personas, comunidades y países, agudizando así el riesgo de conflicto.
“Agua para la paz” es el lema del Día Mundial del Agua de este año, y hacerlo realidad supone promover una cooperación mucho mayor. En la actualidad, 153 países comparten recursos hídricos. Sin embargo, solo 24 han comunicado que tienen acuerdos de cooperación relativos a todas las aguas que comparten. Debemos acelerar los esfuerzos por hacer actividades conjuntas que trasciendan las fronteras, e insto a todos los países a que se adhieran al Convenio del Agua de las Naciones Unidas, que promueve la gestión sostenible de los recursos hídricos compartidos, y lo apliquen.
Cooperar para salvaguardar los recursos hídricos puede potenciar y sostener la paz. La administración del agua puede reforzar el multilateralismo y los lazos entre comunidades y aumentar la resiliencia ante los desastres climáticos. También puede impulsar los progresos en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que son la base de las sociedades pacíficas, entre otras cosas al mejorar la salud, reducir la pobreza y la desigualdad e impulsar la seguridad alimentaria e hídrica.
Comprometámonos a trabajar juntos para hacer del agua una fuerza impulsora de la cooperación, la armonía y la estabilidad y contribuir así a crear un mundo de paz y prosperidad para todos.
* Mensaje del secretario general de la OMS en ocasión del Día Mundial del Agua