Me despierta la mañana del viernes 29 de diciembre de 2023. Tomo agua, hago un poco de ejercicio y de limpieza en mi casa y tiendo mi cama.
Preparo mi desayuno con música, igual que ayer. Almuerzo con calma, cobijada por el cielo lagunero, con sonidos de aves entre palmas y bugambilias.
Este año como los anteriores, cierro ciclos y empiezo nuevos, en un ejercicio de reinvención permanente.
Pienso cómo escribir esta última columna para Milenio Laguna, después de una década con el nombre De raíces y horizontes.
Diez años, semana a semana en buscar temas de interés para mis amables lectores.
Invertí diez años en documentarme, hacer pequeños sondeos, entrevistar a sabios de los pueblos; leer; recorrer lugares del estado; asistir a exposiciones, conferencias, presentaciones de libros, foros, conciertos; caminar en museos, mercados, plazas.
Compartí mis pasiones en este espacio sobre mi cosmovisión sobre perros, libros, el ser, gastronomía, artistas, viajes, personajes laguneros, desarrollo sustentable, Coahuila con su historia y lugares; arte y cultura, así como usos y costumbres.
Con esto previo, me sentaba frente a la computadora por lo menos una hora a desarrollar la columna.
Si el tema me resultaba ajeno, acudía a amigos expertos en la materia, quienes de manera generosa me han asesorado.
He tenido también apoyo de varios amigos que en esta década me han apoyado como editores quienes detectaban dedazos y otros errores de mis textos.
En conversaciones con amigos me surgían ideas de algunos temas.
A veces, ya con el artículo listo no me termina de gustar, lo borraba y empezaba otro.
Debía quedar complacida al cien por ciento, porque pensaba en mis lectores, muchos me han confesado que disfrutan leer mis textos a solas, que buscan un momento sin distracciones para sus lecturas, así que sentía responsable de ofrecer textos con los que me sintiera satisfecha.
Nunca dejé de escribir una sola colaboración, sin importar decesos, mis empleos, si estaba de viaje, si cruzaba por dificultades de diversa índole, mi salud o la de mi familia, o mis proyectos personales, literarios o políticos.
En este espacio agradezco a mi casa editorial Milenio Laguna, a Marcela Moreno, de quien recibí invitación a formar parte de las plumas de este diario, y a mi editor Luis Galván.
De ellos obtuve apoyo, sin restricción alguna.
Estoy agradecida también con cada uno de los lectores con quienes recorrí esta década por estos recovecos de palabras y de ideas propias y ajenas. Gracias. Gracias. Gracias.
Excelso 2024.
giraluna3312@gmail.com