La “Ruta NAME” es desconocida para la mayoría de la población. Además, parece que deben guardarla como un secreto quienes sí la conocen y tienen la obligación de aplicarla.
Al menos en los hechos (que siempre se burlan de los derechos) eso es lo que se percibe.
La Ruta NAME, es un esfuerzo por visibilizar, difundir y articular protocolos de atención ya existentes para la atención y protección integral a Niñas y Adolescentes, Madres y/o Embarazadas (NAME) menores de quince años; así como vincular a instancias responsables de operar dichos mecanismos, con el objetivo de hacerlos eficientes y eficaces.
La Ruta se basa en la Convención sobre los Derechos del Niño, Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, Ley General de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes y, Ley General de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.
Por lo que, las autoridades de los tres niveles de gobierno tienen el mandato legal y constitucional de respetar, proteger y promover sus derechos humanos.
Niñas y adolescentes también tienen derecho a disfrutar una vida plena, de acuerdo con su dignidad y que se garantice su desarrollo integral.
Recordemos que el embarazo precoz está considerado emergencia médica puesto que en muchos casos es producto de violencia sexual o matrimonio infantil.
Las NAME se ven forzadas a dejar los estudios para trabajar o atender a sus hijos e hijas, así, su vida es precarizada.
La Ruta busca incidir en las causas y efectos del embarazo temprano, por tanto, es necesario implementarla, que las instancias como la SEP las capten y se encienda una alerta para restablecer sus derechos vulnerados. Igualmente, debe aplicarse en los estados por autoridades locales, incluyendo organizaciones de la Sociedad Civil.
Para la efectividad de la Ruta se requiere: voluntad política; una red interinstitucional de atención, prevención y protección; un directorio al que deben tener acceso las NAME; un flujograma de actuación, ventanas de atención, sistema informático que permita generar y registrar las alertas relativas a los avances en atención; personas Consejeras que brinden acompañamiento y monitoras que velen el cumplimiento institucional; igual que la garantía de derechos y protección a las niñas y adolescentes, así como sus hijas e hijos.
Si existe la Ruta NAME ¿por qué vemos a niñas y adolescentes embarazadas o madres en riesgo, sin acceso a la justicia y con derechos vulnerados?
Debemos exigir, impulsar y promover que no solo esté en la letra, si no que se implemente y sea una realidad.
Ahora que es año electoral, es un buen momento para hacerlo, para exigirlo.
@INCIDEFEMME