Esta semana se está llevando a cabo la México Tech Week, un evento clave para el sector tecnológico en nuestro país. Con un formato fresco y absolutamente descentralizado, este encuentro se presenta como una gran oportunidad para dar visibilidad y proyección a un sector que no representa el futuro, sino el presente de la humanidad.
A nivel global, la industria tecnológica ha demostrado ser un potente motor económico. Se estima que en 2023, el valor del mercado mundial de tecnología alcanzó los 5 billones de dólares, con un crecimiento constante impulsado por la digitalización y la automatización en todas las industrias. En este contexto, el sector tecnológico no sólo crea millones de empleos directos en áreas como la programación, inteligencia artificial y análisis de datos, sino que además genera un impacto transversal en todos los sectores productivos, acelerando la innovación y el desarrollo.
En México, el sector tecnológico ha sido también un pilar fundamental para la creación de riqueza y empleo. Se calcula que las empresas de tecnología han generado más de 900 mil empleos en los últimos años, y su impacto en la economía es cada vez más notorio. Son varias las regiones que se están consolidando como hubs tecnológicos, con empresas nacionales e internacionales apostando por el talento mexicano y la innovación local. Además, sectores como el comercio electrónico y el desarrollo de software han crecido exponencialmente, consolidando al país como un jugador clave en la región y el mundo.
Las proyecciones globales indican que las nuevas tecnologías seguirán transformando nuestra realidad. Se espera que para 2030, la inteligencia artificial y la automatización generen un aumento de la productividad global del 40%, lo que podría traducirse en la creación de millones de nuevos empleos, muchos de los cuales aún no existen. No obstante, esto requiere una preparación adecuada de la fuerza laboral y políticas públicas que fomenten la innovación, en lugar de frenarla.
El gran peligro que enfrenta este crecimiento tecnológico es la mala regulación. En Europa, las normativas excesivas, muchas veces basadas en el miedo irracional al cambio y la desinformación, han generado un proteccionismo que retrasa los efectos positivos de la tecnología. Este enfoque es una amenaza para el bienestar que la innovación puede generar, obstaculizando el desarrollo de soluciones que mejoran la calidad de vida de las personas.
Eventos como la México Tech Week son fundamentales para establecer que la tecnología no es la enemiga. La verdadera y única enemiga es en realidad la reticencia a adaptarse a los cambios que dicha tecnología irremediablemente trae consigo. Es la opinión digital de tu Sala de Consejo semanal.