Misiles

Estado de México /

El tablero geopolítico continúa transformándose y, con él, la feroz guerra en Ucrania. La reciente decisión del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, de autorizar el uso de misiles ATACMS en contra de Rusia ha introducido un nuevo capítulo en el conflicto.

Los ATACMS son armas balísticas de corto alcance con alta precisión, diseñadas para destruir objetivos estratégicos como centros logísticos, depósitos de municiones y concentraciones de tropas. Con un alcance de hasta 300 kilómetros, estas herramientas ofrecen a Ucrania una nueva capacidad ofensiva, permitiéndole golpear infraestructuras clave en territorios rusos cercanos al frente, sin poner en riesgo aeronaves ni personal militar. Estos misiles representan un cambio significativo en las capacidades de Ucrania, que hasta ahora se habían limitado a operaciones con drones y pequeñas incursiones en territorio ruso.

¿Por qué ahora? La decisión de Biden tiene fundamentos tanto militares como políticos. Por un lado, busca contrarrestar los avances rusos en regiones críticas, como el Donbás, donde las fuerzas ucranianas enfrentan una presión creciente y derrotas constantes. Por otro lado, responde a un contexto político inminente: la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. Trump ha dicho que terminará con la guerra en 24 horas. Se adelanta que esto significa que, una vez que sea presidente, cancelará de inmediato el apoyo militar a Ucrania, precipitando así una salida diplomática que no sería una negociación, sino en realidad la única opción para Kiev. Para nadie es un secreto la estrecha relación entre Trump y Vladimir Putin, lo que sugiere que la estrategia será la de presionar a Ucrania para que acepte íntegramente las condiciones de paz impuestas por Moscú, en acuerdo con Washington.

La decisión de Biden de darle más capacidad militar a Ucrania no está exenta de riesgos. Moscú ha advertido sobre una posible "Tercera Guerra Mundial", y aunque el peligro real de un enfrentamiento nuclear es bajísimo, la retórica es preocupante. Este escenario le deja poco margen de maniobra al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski. En los próximos dos meses, Ucrania enfrenta la necesidad urgente de lograr avances militares significativos para cambiar el curso de este conflicto. De no lograrlo, es claro que el fin de la guerra ya está prácticamente decidido, porque el terreno hasta hoy ganado por Rusia podría consolidarse como el punto de partida para un cese al fuego que indudablemente favorecerá a Putin, una vez que su amigo Trump llegue al poder.

En este contexto, el tiempo es un factor decisivo. La ventana que Biden ha abierto con los ATACMS podría ser la última oportunidad de Ucrania para resistir y la de su presidente para sobrevivir. Y hasta aquí el lío territorial de tu Sala de Consejo semanal.


  • Arnulfo Valdivia Machuca
Más opiniones
MÁS DEL AUTOR

LAS MÁS VISTAS

¿Ya tienes cuenta? Inicia sesión aquí.

Crea tu cuenta ¡GRATIS! para seguir leyendo

No te cuesta nada, únete al periodismo con carácter.

Hola, todavía no has validado tu correo electrónico

Para continuar leyendo da click en continuar.