En el 2021 la empresa encuestadora Gallup realizó un sondeo para determinar quiénes eran las personas más felices del mundo. ¿Los ganadores? Los colombianos. Declaró ser “muy feliz” en su país 83% de las personas. Intrigado, un diario estadounidense, el Huffington Post, se dio a la tarea de investigar los motivos detrás de tanta alegría. Entre las principales razones que citaron los colombianos para justificar su júbilo hubo una inesperada: los muchos días festivos de los que gozan.
Y sí, junto con la India, Colombia ocupa el primer lugar en el mundo en días feriados con 18, mismos que, con un par de excepciones, además convierten en fines de semana largos, pues los celebran el lunes más cercano a la festividad, lo que los hace, ahí sí y sin competencia, el país con más fines de semana largos en el universo conocido.
En este rubro, durante décadas México no cantó mal las rancheras. Antes de que en los años 90 el Tratado de Libre Comercio nos quitara descansos, México tenía 15 días festivos, mismos que no pasaba al lunes, lo cual los hacía más peligrosos, porque si caían en jueves o martes, los fines de semana largos normalmente duraban 5 días. Hoy, con nuestros 10 días festivos no laborables al año, estamos alineados con Estados Unidos y Canadá, que tienen 10 y 9 respectivamente.
Los “puentes” han sido siempre fuente de debate. Por un lado, porque hay desacuerdo sobre si deben celebrarse en la fecha exacta del suceso que conmemoran o adaptarlos al lunes más cercano para prolongar el fin de semana. En segundo lugar, porque en principio perjudican la productividad industrial.
En cuanto al primer punto, parece que el mundo ha venido alcanzando un consenso, que es que aproximadamente 80% de los días festivos se conviertan en fines de semana largos y el 20% restante se celebre en la fecha exacta, para no perder su esencia cívica o simbólica. En el segundo tema, también se ha venido confirmando una realidad: la afectación que sufren distintos sectores por los descansos obligatorios se convierte en un impulso importante para otros, como el turístico, el cual se calcula experimenta aumentos en ingresos de hasta 25% cada vez que hay un “puente”.
La realidad es que la forma en que se estructuran y organizan los días festivos y los fines de semana largos tiene un fondo técnico muy relevante, pues son un tema que va más allá del descanso: influyen sobre la economía, el turismo y la cultura de un país. Por eso, es fundamental que cada nación evalúe sus prioridades y encuentre un equilibrio que beneficie tanto su identidad como su economía. En México por lo pronto, no tuvimos puente del 16 de septiembre, porque cayó en sábado. Ni modo: ¡si tan sólo estuviéramos en Colombia! Y hasta aquí el análisis vacacional de tu Sala de Consejo semanal.