La tensión entre la sociedad abierta y el liderazgo personalista

Estado de México /

"Si queremos que nuestra civilización sobreviva, debemos romper con el hábito de reverenciar a los grandes hombres. Los grandes hombres pueden cometer grandes errores, y es así como algunos de los más grandes líderes del pasado apoyaron el ataque perenne a la libertad y razón".

Con esta simple premisa inicia la obra “La sociedad abierta y sus enemigos” (1945), escrita por Karl Popper quien planteó que la verdadera libertad política y social depende de instituciones democráticas sólidas, del pensamiento crítico y de la posibilidad de cuestionar al poder sin temor. Popper advirtió que los grandes peligros para estas sociedades no provienen solo de regímenes abiertamente totalitarios, sino también de líderes carismáticos que, amparados en la “voluntad del pueblo”, buscan concentrar poder y reducir los espacios de crítica.

Este planteamiento resulta particularmente relevante al analizar las figuras del ex presidente Andrés Manuel López Obrador y la actual mandataria Claudia Sheinbaum. Ambos han construido sus respectivos liderazgos sobre un fuerte vínculo con amplios sectores populares, apelando constantemente a la idea de representar la “voz del pueblo”. Popper insistía en que ningún individuo ni grupo puede atribuirse la verdad absoluta ni hablar en nombre de toda la sociedad.

En ese sentido, cuando la actual presidencia de Sheinbaum desacredita a críticos, medios independientes, organismos autónomos o instituciones judiciales, se erosiona el pluralismo y se limita la deliberación pública que es fundamental para una democracia liberal. Otro punto central en Popper era su crítica a los proyectos políticos que se presentan como portadores de una “verdad histórica” y una misión moral inquebrantable.

El oficialismo ha promovido la idea de una “Cuarta Transformación”, equiparando su gobierno a hitos fundacionales de la historia nacional. Esta narrativa puede derivar en un culto político que debilite los contrapesos institucionales. Para Popper, esta identificación entre la figura del líder y la sociedad es peligrosa, ya que anula la diversidad de opiniones y concentra el poder.

En conclusión, el pensamiento de Karl Popper ilumina la tensión entre liderazgos carismáticos y sociedades abiertas. La figura de Claudia Sheinbaum y López Obrador representan, para muchos, una esperanza de cambio; sin embargo, Popper advertiría que el fortalecimiento democrático depende de instituciones sólidas, libertad crítica y respeto al pluralismo.


  • Arturo Argente
  • Tec de Monterrey, Campus Toluca.
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