Quedó demostrado que la clase política de la oposición, es decir, los dirigentes del PRI, PAN y PRD, que aún quedan, no representan ni a sus partidos, mucho menos a la mayoría del pueblo de México. Después del 2 de junio están reducidos a su mínima expresión.
No entienden que no entienden. En los pasados comicios quedó claro que los mexicanos desean que “Siga la Transformación”, y quieren que la continuidad del cambio la encabece la doctora Claudia Sheinbaum Pardo.
Las urnas no se equivocan. El mandato del pueblo quedó asentado. Ya no quieren al pequeño círculo opositor del priista Alejandro “Alito” Moreno, del panista Marko Cortés, y del perredista Jesús Zambrano, cuyo partido de éste último está a punto de desaparecer.
Y no es para menos. Quedó claro que estos vividores de la política mexicana no representan ni a sus militantes, mucho menos a los mexicanos. Eso fue lo que arrojó los resultados electorales. Pocos confían en ellos.
Para muestra un botón, Alejandro Moreno, en varias entrevistas afirmó que no abandonará su responsabilidad en un momento que considera “complicado” para la democracia en el país, esto pese a que ya está obligado a dejar el cargo.
Dijo textual: “no voy a tirar el arpa”. Y es que según la reforma a los estatutos del PRI, Moreno Cárdenas debería dejar la presidencia nacional del tricolor después de las elecciones federales del 2024. Esta reforma fue avalada por el TEPJF en abril de 2023, que extendió su mandato un año más, permitiéndole así forjar alianzas con otros partidos.
Así, “Alito” se escuda en el argumento de que tiene que organizar la Asamblea Nacional de su partido. Dijo: “debemos construirla, convocarla, empezar a trabajar y escuchar a los priistas y ciudadanos que desean partidos de coalición firmes y fuertes”. Por lo que en lugar de renunciar se aferra al cargo partidista.
El michoacano, Marko Cortés, otro dirigente de los partidos que conformaban la coalición mega derrotada, dejó en claro que no renunciará sino que “en breve” comenzará el proceso de renovación de dirigencia del PAN.
Ya es hora, que exista una nueva clase política, una nueva generación de políticos jóvenes que tengan una visión de humanismo y que velen por el bienestar del pueblo, y no de sus intereses propios como lo han hecho y seguirán haciendo Alejandro Moreno y Marko Cortés.
Por cierto, Xochitl Gálvez regresará a su escaño en el Senado de la República, bien por ella, aunque sólo estará unos meses porque el 1 de septiembre entra la nueva Legislatura Federal, es decir LXVI, donde Morena, PT y PVEM tendremos una gran mayoría obtenida del voto ciudadano.
Después la ex candidata presidencial quedará en la banca, aunque los “listos” de Alejandro Moreno y Marko Cortés, seguirán aprovechandose de sus correligionarios, de sus militantes y simpatizantes. El primero será Diputado Federal, y el segundo Senador de la República, pese a haber dado a sus respectivos partidos, la peor derrota en la historia.
Y bueno, lo importante es que la votación del 2 de junio fue muy clara. Todo el respaldo y apoyo del mandato popular para que la doctora Sheinbaum “Siga con la Transformación” y para que México continúe en la ruta del cambio con rumbo como lo estableció el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Los mexicanos debemos esta claros que viene mejores tiempos para el país. Debemos entender que el país ha estado y estará en buenas manos.
Fin