Cuando Meta -dueña de Facebook, Instagram, WhatsApp y Messenger- entra a la batalla por un mercado, nunca llega con las manos vacías, trae consigo una mina de datos de miles de millones de usuarios que concentra con sus plataformas.
A principios de esta semana, The Verge, portal especializado en temas digitales, reveló que desde principios de año la empresa de Mark Zuckerberg construye la competencia directa de Twitter; esta plataforma, que podría llamarse Threads, utilizará el sistema de cuentas de Instagram para completar automáticamente la información de los nuevos suscriptores.
¿Cosa menor? No, más bien una forma muy inteligente y práctica de hacer crecer exponencialmente el número de usuarios orgánicamente, ahorrándoles el engorroso trámite de darse de alta.
Otra ventaja competitiva que tendrá Threads es que se integrará con ActivityPub, un protocolo descentralizado que permitirá a un cibernauta llevarse consigo sus seguidores e historial a plataformas compatibles en caso que decida migrar.
Esto, sin duda, dejará a los usuarios la sensación de “satisfacción garantizada o la devolución de su vida digital”.
De acuerdo con lo que se ha revelado, Meta lanzará “tan pronto como pueda” su nuevo producto, con lo cual podríamos intuir que este año sería realidad.
¿Por qué es tan codiciado el mercado de Twitter? La respuesta está en el nivel de influencia. El 83 por ciento de los líderes mundiales, en todos los ámbitos de la vida pública, son activos en Twitter, según Newswire, de modo que un tuit puede cambiar el rumbo de la política, finanzas internacionales, gobierno, las artes, entretenimiento o deportes.
Para completar su estrategia, Meta ha logrado que dos influenciadores: Ophra Winfrey y el Dalai Lama, se una a Threads cuando ya sea de acceso público.
Mi buen amigo y periodista, Luis Gabriel Velázquez, me dijo que él no se cambiaría porque considera que Meta es exagerado en sus políticas de restricción de contenidos, a lo que llama censura; sin duda un punto a poner sobre la mesa.
¿Usted se cambiaría?