Sin miedo

Jalisco /

La barrera comienza al intentar dar el primer paso. Entonces nuestro interior hace una lista angustiosa de preguntas dirigidas a detener ese paso y el siguiente. Las actividades cotidianas: trabajo, estudios, relaciones, no son suficientes, porque todo eso no hace florecer la individualidad que se demuestra a través de la sensibilidad, la energía que nace no de la obligación sino de la fuerza que nos hace reconocer que estamos aquí y ahora para vivir, sólo para eso.

Esas preguntas que detienen y sabotean son la manifestación del miedo: ¿Y si lo hago mal?, ¿Y si se burlan de mí?, ¿Y si fracaso?, ¿Y si no funciona?, ¿Ya no tengo edad para hacer eso? El secreto está en responderlas, sólo así se van a callar dentro de esa bóveda hermética que es el cráneo. El fracaso es la demostración de que se intentó algo, que se retó a ese miedo, a la inercia, a la comodidad de evadir esas búsquedas dejando pasar la existencia entera.

El arte, como muchas actividades y decisiones, inspira miedo y detona todas esas preguntas. El miedo a no hacerlo bienes porque se trata de llenar las expectativas de los otros antes de satisfacer a esa imperiosa necesidad del interior de cada ser. Es un reto trabajar con la sensibilidad tratando de entender las características de una disciplina artística, y en eso justamente reside el placer.

La única disyuntiva que existe para vivir el presente es conocer ese miedo y responder esas preguntas con acciones. Las pruebas y dudas que la realidad nos presenta no son discusiones retóricas, son preguntas que se resuelven actuando. El monólogo interior se debe callar para que cada duda se materialice en actos que dirijan el presente. Quedarse con esas preguntas dentro, guardar el miedo pretendiendo que se va a desvanecer con el tiempo, hace que se concentre y se haga fuerte para surgir en cualquier momento, le habremos dado el poder.

Sin miedo, responder a las preguntas, esperando que vengan más que permitan demostrar que hay más fuerza que dudas. Sin miedo, sin expectativas, sin esperar si se es el mejor o temer ser el peor, no importa. Lo más valioso es el valor para desgarrar la nube negra de las dudas y temores. Preguntar al miedo qué es lo que quiere, qué es lo que busca: ¿Paralizar? ¿Detener? ¿Creer que tienen razón los otros? Entonces con cada acción se puede vivir el presente sin miedo.

Sin miedo escucha esa voz interna que pide sacar toda tu sensibilidad que quiere escribir poesía, música, cultivar flores, cantar, dibujar, cocinar, enriquecer tu vida con la creatividad porque es parte de la forma de vivir el presente. La vida crece si la acompañamos de la búsqueda de la belleza, si confías en tu capacidad de crearla, de compartirla sin miedo. Las expectativas paralizan, lo que se haga no será mejor ni peor, será auténtico, único, individual, será la muestra de que el espíritu puede salir y revelar que el valor, el coraje es acción y es la única respuesta.


  • Avelina Lésper
  • Es crítica de arte. Su canal de YouTube es Avelina Lésper
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