El peor revés que hemos presenciado en una generación”, dijo Carolina Sánchez-Páramo, directora de la Práctica Global de Pobreza y Equidad del Banco Mundial, al presentar el último reporte sobre los efectos de la pandemia de coronavirus. Según las estimaciones del banco, el Sars-Cov-2 dejará a su paso entre 88 y 114 millones de personas en pobreza extrema.
Antes del covid, las personas en esta situación se estimaban en 615 millones. Ahora, en 2020 la cifra crece a 703 millones y 729 millones de personas, y según el mismo reporte, “el número puede incluso aumentar más en 2021”.
Este retroceso provocado por la crisis sanitaria rompe con una racha de 20 años donde se venía disminuyendo el número de personas en esta condición que, según su definición, son aquellas que viven con menos de 1.9 dólares al día.
En 1990, había mil 900 millones de personas debajo del umbral de pobreza extrema, una tasa de 36%. En 2019 la cifra era de 7.9%, una mejora brutal gracias en buena medida a la cantidad de personas que en Asia (sobre todo en China e India) mejoraron su nivel de vida.
El covid-19 trajo otro cambio no menos dramático: antes del virus la mayoría de quienes vivían en pobreza extrema eran jóvenes dedicados a la agricultura, con poca educación y de zonas rurales. Este año, la pandemia ha empujando a la pobreza a gente que vive en áreas urbanas, con niveles más altos de educación y que trabajan en industrias, manufactura o que se dedican a actividades independientes.
“Es probable que el aumento de la pobreza destruya las esperanzas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, de erradicar la pobreza extrema para 2030. Antes de la pandemia, ese objetivo se consideraba agresivo, pero alcanzable”, agrega el reporte del Banco Mundial.
Justo esta semana se pusieron en marcha en nuestro país los 17 grupos de trabajo (uno por cada una de los ODS), impulsados por el capítulo México del Pacto Mundial, el brazo de la ONU encargado de cumplir la Agenda 2030. Estuvieron en el lanzamiento Carlos Salazar, presidente del CCE, y Alfonso Romo, jefe de la Oficina de Presidencia, ya que ambos firmaron hace un año su apoyo para avanzar en esas metas, que incluyen desde aliviar la pobreza a combatir el cambio climático, impulsar la economía circular, lograr el hambre cero y crear espacios de diversidad e inclusión.
“La epidemia desaceleró e incluso nos hizo retroceder años en algunas mejoras, pero no podemos aceptar el status quo y la epidemia nos demostró que ésta hoja de ruta es importante”, dijo Martha Herrera, presidenta del Pacto Mundial México y directora global de Impacto Social en Cemex.
Pero si se mantienen los pronósticos del Banco Mundial, los 3 mil 640 días que faltan para llegar a 2030 no alcanzarán para remontar la enorme caída que generó esta pandemia, un factor que nunca estuvo en ningún escenario de la Agenda cuando se redactó hace cinco años.
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