El futuro es eléctrico (y lo podemos perder)

Ciudad de México /

El Premio Nobel de Economía 2020 fue para Paul Milgrom y Robert Wilson, matemáticos de la Universidad de Stanford que hicieron mejoras y nuevos formatos a la teoría de subastas. Lo que idearon fueron fórmulas para crear mercados eficientes que permitan a compradores y vendedores maximizar el uso de recursos. “Se reconoció la importancia de que las subastas tengan diseños eficientes y su aplicación es enorme: desde Amazon con la venta de arte y, por supuesto, las subastas eléctricas”, me dice Guillermo Zúñiga, abogado de Transición Energética. Esta teoría dice que si quieres asignar un bien de manera eficiente a quien mejor lo valore hay que diseñar un mecanismo adecuado, evitar colusiones, dar información precisa, evitar discriminar y hacer que los oferentes puedan participar con sus mejores capacidades.

¿Qué tiene que ver esto México? Tristemente mucho. Porque esta teoría es la que aplicaba el Centro Nacional de Control de Energía (Cenace). En este gran comando de control (como un C5) se diseña todo el flujo de electricidad nacional (oferta y demanda), priorizando a los proveedores más cercanos y baratos y ordenando picos y valles de demanda y producción (de CFE y de los generadores privados). “Si tienes un diseño adecuado, el resultado es que tendrás subastas muy concurridas y habrá precios muy eficientes. Eso fue lo que pasó con Cenace: llevábamos tres subastas de energías limpias con récords mundiales y en la cuarta en 2019 el gobierno decidió que mejor ya no”, agrega Zúñiga.

Este año el gobierno y la Sener tienen la meta de apuntalar a la CFE a cualquier costo, incluso judicial, si los generadores privados deciden ampararse.

“El futuro es eléctrico. Vamos hacia la electrificación de todo, pero la tendencia es con electricidad a partir de energías limpias”, me dice Lourdes Melgar, especialista del sector. Pero en nuestro futuro se están moviendo las fichas para que CFE se convierta en un monopolio energético, que ha demostrado ser ineficiente y poco rentable.

Según el reporte “La participación privada en la generación de electricidad”, publicado en la UNAM por otros dos expertos (Monserrat Ramiro y Jesús Serrano), en 2019 las plantas de ciclo combinado de CFE produjeron energía 39% más cara que sus pares privadas (a la cual le compran electricidad); lo mismo en energía solar, donde los privados producen 71% más barato que los parques de CFE y otro tanto en energía eólica, donde a CFE le cuesta 52% más la generación que los privados. Si bien hoy el gobierno ha atacado a las generadoras privadas de competencia desleal, lo cierto es que permitieron a la comisión equilibrar sus costos: si el año pasado CFE solo hubiera vendido y distribuido la electricidad de sus plantas los recibos hubieran sido 63% más caros de lo que los pagamos.

Sería importante que el gobierno, así como defiende la soberanía energética apuntalando a Pemex, haga lo mismo mejor con las energía renovables, en vez de obsesionarse con los electrones… que esos sí no tienen bandera.

barbara.anderson@milenio.com
@ba_anderson

  • Bárbara Anderson
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